RÍMINI, lunes 30 de agosto de 2010 (ZENIT.org).- “El diálogo interreligioso no puede nacer de la ambigüedad, sino de la certeza de la propia identidad”, y por tanto los cristianos “no deben tener miedo de serlo”.
Así lo afirmó el cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, durante su intervención el pasado sábado durante la trigésimo primera edición del Meeting de Rímini, durante la jornada dedicada al diálogo interreligioso.
En el Meeting, gran encuentro cultural veraniego organizado por el movimiento Comunión y Liberación, han participado este año cerca de 800.000 personas, según informan los organizadores.
El purpurado dedicó parte de su discurso a la “crisis de la inteligencia y de la transmisión de los valores” que existe en la actualidad, y exhortó a los católicos a “dar cuenta de su fe”.
Partiendo de esta certeza de la propia identidad, el cardenal Tauran señaló “cinco puntos” para una colaboración “activa y fecunda” entre las religiones: “la pedagogía del vivir juntos, la pasión por el servicio al otro, el testimonio religioso, la distinción entre el bien y el mal y la responsabilidad personal”.
En el caso concreto de Europa, el cardenal Tauran apuntó a la necesidad de que los fieles de las distintas religiones “unan sus capacidades y estructuras para mejorar la situación”.
Los retos más importantes son, señaló, “combatir juntos el anonimato y los guetos de las ciudades; ayudarnos mutuamente a compartir emociones e iniciativas culturales para cultivar lo bello en los momentos de ocio; comprometernos en la educación, porque el respeto a las diferencias se aprende en la familia y en la escuela; promover la hospitalidad, porque en las sociedades multiculturales, los creyentes tienen un poder que ejercer, el del corazón, y saben acoger, escuchar, comprender y actuar”.