ROMA, viernes 22 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- El éxodo de los cristianos de Oriente Medio es un dilema, pero puede ser también un kairos, a condición de que los cristianos mantengan vivo el fuego de la fe en sus corazones.
En esta segunda parte de la entrevista, el padre Samir Khalil, haciendo tesoro de su amplio conocimiento de la situación mediooriental en sus detalles religiosos, políticos y culturales, explica la necesidad de la presencia cristiana en Oriente Medio no solo para la Iglesia universal sino también para los propios musulmanes.
La primera parte de la entrevista fue publicada el 21 de octubre.
-La propuesta de “laicidad positiva” no puede tener éxito en el ámbito islámico porque la laicidad – ‘elmaniyya en árabe – suena como alejamiento y abandono de Dios a favor de la mundanidad. ¿Cree que el otro concepto propuesto, o sea, el “Estado cívico” tendrá más fortuna, o Oriente elegirá la propuesta islamista cuyo eslogan es al-islam huwa l-ḥall, [el islam es la solución/respuesta], desilusionado por el fracaso religioso, moral e identitario de Occidente?
Samir Khalil: Occidente, a decir verdad, ha ido demasiado lejos hasta disolver las raíces de su propia identidad. Recordemos el discurso del Papa en Ratisbona en 2006 donde la crítica era esencialmente a la cultura occidental que ha ido más allá de la Ilustración hasta identificar la cultura con el materialismo.
Su pregunta hace referencia a la fuerza del islam integrista. El razonamiento de los integristas es el siguiente: Occidente tiene un proyecto de civilización, pero su modelo es un modelo de corrupción: la perversión y el libertinaje sexual, el adulterio, la disolución de la familia, el aborto… es un proyecto inaceptable para el islam, que lo ve como corrupto y alejado de Dios. La modernidad predicada por Occidente es ya sinónimo de ateísmo e inmoralidad. Para ellos el cristianismo, identificado a su vez con Occidente, está acabado.
De la misma forma, el marxismo y el socialismo han fracasado a los ojos de todos. La solución es el islam, y la prueba es que cuando en el pasado aplicamos el islam a la letra, hemos conquistado todo el Mediterráneo. Y este es el razonamiento que hizo Gaddafi cuando visitó Italia recientemente: “Europa en 2050 será de mayoría musulmana”. Su previsión sucederá si la actitud de los cristianos no cambia.
- Muchos cristianos orientales están cansados de las exhortaciones a quedarse en sus tierras, sobre todo porque estas exhortaciones vienen de quienes viven en el Occidente rico y libre. Los Hechos de los Apóstoles en el capítulo 8 hablan de la primera persecución de los cristianos, que dispersó la comunidad (a excepción de los apóstoles). Este acontecimiento negativo, se reveló posteriormente como un kairos que permitió a los cristianos difundir el Evangelio en otros lugares. ¿No cree que la situación actual que está causando en éxodo y la fuga de los cristianos pueda ser un signo de los tiempos?
Samir Khalil: Muchas personas en Oriente Medio me dicen: “Quedarse aquí es cada vez más difícil. Y aunque aún lo conseguimos, no sabemos sin embargo cómo será para nuestros hijos”. Yo doy una respuesta en tres puntos: en primer lugar, nadie te puede obligar a quedarte. Cada familia tiene derecho a decidir dónde vivir y cómo. No nos toca a nosotros porque somos sacerdotes decirles si tienen que quedarse.
Añado, sin embargo, un segundo punto: si a nivel personal quizás es mejor para ti emigrar a Canadá o a Australia o a Francia, no lo es a nivel comunitario y general: si todos hicieran como tu, esta región se encontraría en seguida sin cristianos; precisamente en la tierra del nacimiento del cristianismo ya no habría cristianos. Tenemos por tanto una gran vocación y responsabilidad.
El tercer punto: si nos encontramos todos en la diáspora, ¿podremos aún mantener nuestra identidad oriental? Es difícil mantener la cultura y la tradición de origen más de dos o tres generaciones. Y esto, de nuevo, no es un problema personal, sino un problema a nivel de Iglesia universal: si una tradición oriental desaparece, esto constituye para la Iglesia una gran pérdida. Juan Pablo II decía que la Iglesia tiene dos pulmones, la Iglesia oriental y la Iglesia occidental. Si una de estas realidades llegase a faltar, la Iglesia se reduciría a un solo pulmón y le faltaría la respiración.
Por tanto, digo a los cristianos: que emigréis o que os quedéis, esta no es la verdadera cuestión; lo esencial es mantener vuestra fe. Proponed la fe a vuestros hijos; y si veis donde vais que muchos cristianos ya no tienen fe, transmitídsela.
Lo que usted dice a partir del libro de los Hechos es que la misión partió de un acontecimiento difícil imprevisto, y que se reveló como una chance para la propia fe. Pero esto sucedió con una sola condición: tenían el fuego de la fe en el corazón. Si nosotros, en cambio, partimos teniendo en el corazón el ansia de dinero, nuestra emigración no llevará a nada. Lo esencial es que este fuego del Evangelio permanezca en el corazón. Si te quedas en Egipto, Líbano y Siria, mantén este fuego para transmitirlo a los hermanos del islam. Si vas a América o a otros países, transmítelo a tus nuevos conciudadanos.
-¿Es suficiente dar consejos y orientaciones pastorales a los cristianos de Oriente para hacerles quedarse en Oriente? ¿No cree más bien que sea necesario apoyarles económicamente, sabiendo que en el Líbano, por ejemplo, los chiíes han sido sostenidos fuertemente en lo económico por Irán y los sunníes por los países del Golfo, y que este hecho les ha permitido mejorar su condición social y política?
Samir Khalil: Creo que nuestro problema en Oriente Medio no es financiero. Tomemos el caso del Líbano: en el país tenemos millonarios en todos los barrios de Beirut. Hay muchas obras de caridad en el Líbano lanzadas por los cristianos. Las ayudas llegadas del exterior, a las que usted se refiere, llegan como parte de una propaganda política que la Iglesia no puede hacer porque esta no es una nación. Y no existe ninguna nación cristiana para hacerlo. Ciertamente los inmigrantes pueden ayudar, y sabemos que muchos inmigrantes contribuyen al sustento de sus familiares. Esta ayuda puede ser mejorada, pero no es esto lo que resuelve el problema. Es necesario un proyecto, ofrecer proyectos claros y seguros, de manera que el dinero que se pide a los benefactores cristianos tengan un recorrido identificable, y no sean robados en su camino hacia las obras concretas. Y en esto nuestro clero no da buenos ejemplo de confianza dado el apego poco evangélico a las apariencias y a las riquezas. Por tanto resuena de nuevo la llamada a la conversión, a purificar nuestra vida para hacerla más consonante con el Evangelio.
- El Sínodo fue cubierto principalmente sólo por dos redes televisivas de Oriente Medio (ambas libanesas). Se lamenta también la poca cobertura de los medios de comunicación italianos. ¿A qué se debe este hecho: al prejuicio de que lo que los obispos digan se quedará sólo en papel mojado? ¿A la indiferencia hacia lo que vive y dice la Iglesia? ¿O también al desinterés respecto a Oriente Medio?
Samir Khalil: Me pregunto quizás si el hecho no se deba sencillamente a la presencia de pocos periodistas árabes que siguen las noticias en Roma. O quizás se han preguntado: ¿qué puede hacer un obispo para cambiar la situación en Iraq, en Palestina o en el Líbano? Los católicos son una pequeña minoría en Egipto, y por tanto los coptos y los musulmanes se desinteresan de ellos. Los únicos que pueden seguir el Sínodo tanto por interés como por capacidad son los periodistas del Líbano.
En lo que respecta a los periódicos occidentales, creo que parten de un concepto de consumismo: no confeccionan un producto si no saben si se venderá y traerá beneficio. Las cabeceras por desgracia no valoran la importancia de los argumentos y de los acontecimientos en sí sino que se dejan condicionar por la audiencia. Un scoop escandaloso o sexual vende mucho más que un Sínodo que busca lentamente su camino. Algunas veces la culpa es nuestra. La gente no es informada ni sobre los acontecimientos ni sobre su sentido, ni tampoco sobre su importancia. Creo que en este ámbito el Líbano hace mucho: a través de ZENIT, Télé Lumière o Lbc. Esta contribución mediática da al Líbano su lugar de vanguardia para todos los cristianos en Oriente Medio.
- Para concluir, según usted ¿cuáles son las actitudes que harán fructífera la inversión de recursos humanos y económicos en este Sínodo?
Samir Khalil: Creo que la actitud principal que deben asumir los participantes es la sinceridad, y el sentido crítico para puntualizar con franqueza y claridad lo que no va bien, lo que va bien y lo que hay de mejorable. En lo que respecta a la actitud que auguro para los cristianos de Oriente, creo que deben tener a priori una mirada favorable. En el fondo, en el Sínodo se invierten muchos recursos positivos: se habla de miles de horas de trabajo y fatiga que implican a un gran número de personas empeñadas en hacerlo lo mejor posible. Por ello diría que la actitud correspondiente de los cristianos debe ser la seriedad: se trata de nuestro futuro, no del futuro de los obispos, sino del futuro de varios millones de cristianos y no solo de los católicos.
En su intervención el señor Mohammad Sammak reafirmó el papel que los cristianos han jugado en formar la identidad de Oriente Medio, afirmando que sin ellos nuestra sociedad ya no sería la que es. Los cristianos han jugado en la historia pasada y reciente un papel fundamental enriqueciendo la sociedad árabe, cultural, sociológica, política y espiritualmente. Para que este papel no sea un recuerdo del pasado sino una realidad del presente los cristianos – obispos y fieles – deben privilegiar la comunión – no sólo entre ellos sino también con los demás, con los musulmanes. Y deben vivir también la misión, no en el sentido de un proselitismo descolorido, sino vivir la esencia del Evangelio, que es un anuncio, una bonita noticia de la que nosotros, modestamente, somos heraldos.