ROMA, jueves 14 de abril de 2011 (ZENIT.org).- La obligación del diálogo interreligioso en las sociedades modernas y multiculturales ya fue un tema recurrente durante el pontificado de Juan Pablo II. El papel crucial del diálogo en una sociedad civil se da por descontado hoy en día, pero cómo tiene lugar este diálogo sí que es todavía un tema a debatir.
La meditación de las Escrituras es un método de diálogo interreligioso que está creciendo en popularidad y se está esparciendo en las instituciones académicas. Este método reúne a la gente de diferentes tradiciones religiosas, para leer y debatir fragmentos de los textos sagrados. El resultado que se pretende no es el del consenso, sino el de un entendimiento de las mismas más profundo.
Uno de los fundadores de este método, el profesor David Ford, teólogo anglicano y Profesor Regio de Divinidad en la Universidad de Cambridge, recientemente presentó este método en una conferencia realizada en el Centro Juan Pablo II para el Diálogo Interreligioso en la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino en Roma.
El evento anual, patrocinado por la Fundación Russell Berrie de New Jersey, también contó con el rabino Jack Bemporad como moderador de preguntas y del debate. El rabino Bemporad es el fundador del Centro, con sede en Estados Unidos, del Entendimiento Interreligioso y es profesor de estudios interreligiosos en Angelicum, además de estar involucrado a nivel diplomático para el diálogo interreligioso.
En 1993, durante el pontificado de Juan Pablo II, Bemporad ayudó a asegurar las plenas relaciones diplomáticas entre la Santa Sede e Israel, en colaboración con el cardenal Johannes Wilebrands y el cardenal Edward Cassidy.
Usos de la Meditación de las Escrituras
La diplomacia es sólo una de las muchas aplicaciones del diálogo interreligioso. Como método de Meditación de las Escrituras en el diálogo interreligioso, si bien nació originalmente por y para los eruditos de ambientes académicos, este método se practica ahora en lugares de culto, escuelas y en reuniones internacionales de las diferentes comunidades religiosas, principalmente entre las de tradición abrahámica.
En este sentido, su objetivo coincide con el del Centro de Diálogo Interreligioso Juan Pablo II, para “construir puentes entre los católicos, judíos y otras tradiciones religiosas para proveer a la siguiente generación de líderes religiosos de un entendimiento profundo y de dedicación a los asuntos interreligiosos”.
Su actual compañero de centro en los estudios universitarios bianuales, el padre Celestine Ezemadubom, ofreció su testimonio en la conferencia desde su punto de vista como compañero y sacerdote que trabaja en ese ámbito.
¿Cómo podría un sacerdote como el Padre Ezemadubom participar en la Meditación de las Escrituras? Un grupo privado de participantes acoge a otro en rotación en los lugares de culto y universidades para participar en la lectura y debate conjunto de los textos sagrados, sobre todo en relación con con asuntos actuales, ya sean cuestiones morales amplias o asuntos prácticos de nivel local.
El grupo acuerda unos principios fundamentales, como la apertura y honestidad, para alentar un diálogo constructivo y el aumento de la sabiduría y la camaradería, pero no necesariamente el tener que llegar a un consenso o acuerdo.
De la teoría a la práctica
Ford describió como esta metodología se desarrolló de interacciones de la vida real entre creyentes de diferentes confesiones. Ford nació en una familia anglicana de Dublín, donde la Iglesia de Irlanda constituía el 3% de minoría religiosa en una amplia mayoría católica. Después de estudiar teología en Cambridge y Yale, comenzó a enseñar en la ciudad multicultural de Birmingham, donde pudo observar como los muchos intentos de diálogo resultaban totalmente infructuosos.
Ford descubrió un enfoque más personal, y por tanto más práctico, cuando descubrió la Meditación Textual del teólogo judío Peter Ochs de la Academia Americana de Religión. El grupo de Och, como describió Ford, “filósofos contemporáneos y jóvenes judíos y estudiosos de los textos (Tanakh and Talmud) participaron en una discusión agitada y llena de alegatos (aderezados con mucho humos) de los textos clásicos y obras de pensadores modernos”.
De esto se desarrolló la Meditación de las Escrituras, donde judíos, cristianos y musulmanes, que se conocen profesional y personalmente, se encuentran para leer y discutir el Tanakh, la Biblia y el Coran juntos en un ambiente alegre y amigable.
Estos encuentros dejaron una impresión duradera en Ford: “Para estudiar el Tanakh y el Corán durante 4 horas con judíos y musulmanes que conocen y viven sus tradiciones; para ser capaces de cuestionar, discutir y discrepar profundamente pero con respeto; para ver la Biblia a través de sus ojos y preguntas, e intentar dar testimonio de mi fe cristiana como respuesta; para explorar las implicaciones actuales y prácticas de los textos de las tres escrituras (ética, vida diaria, filosofía, política, economía..)” transformó la comprensión de Ford del potencial diálogo interreligioso para superar estereotipos y forjar amistades.
Ford volvió a Reino Unido armado con ideas y experiencias y así fundó, junto a sus colegas, el Programa de Cambridge Interreligioso para “alentar a una fe y un entendimiento secular más sabio”
En 2007, la Meditación de las Escrituras, atrajo la atención y aceptación de muchos líderes religiosos de la sociedad británico. Dos imanes musulmanes de la ciudad de Londres, que alberga a un considerable número de habitantes musulmanes, emitieron fatwas, que son opiniones publicadas por las autoridades legales islámicas, que despejaron el camino a la participación de los musulmanes y permitieron el uso de mezquitas para las reuniones del grupo.
La experiencia personal del diálogo interreligioso influenció profundamente el camino profesional que Ford adoptó, una ruta que él recomienda a todos los creyentes para enfrentar los problemas de nuestros días: “Estoy cada vez más convencido de que el recién comenzado siglo XXI es un kairos para el compromiso interreligioso, especialmente entre las confesiones abrahámicas, y que tendrá consecuencias graves si esta oportunidad se pierde”.
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En la Red:
El Centro Juan Pablo II para el Diálogo Interreligioso: www.jp2center.org