CIUDAD DEL VATICANO, lunes 16 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Los obispos o superiores mayores de congregaciones religiosas tienen el deber de colaborar con las autoridades civiles cuando se dan casos de abusos sexuales de menores por parte de clérigos, recalcó este lunes el portavoz de la Santa Sede.
El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, aclaró esta cuestión --que con frecuencia genera malentendidos en la opinión pública-- al presentar a los periodistas la carta circular que la Congregación para la Doctrina de la Fe ha enviado como subsidio para las conferencias episcopales en la preparación de "Líneas Guía" para tratar los casos de abuso sexual de menores por parte del clero.
Hablando de la "cooperación con las autoridades civiles", el padre Lombardi aclaró que "es necesario colaborar según la situación existente. Si hay leyes, deben ser aplicadas; si no hay, hay que tener en cuenta que nosotros no las promulgamos. En ese caso, es necesario colaborar lo mejor posible para que se garantice la protección de las víctimas, y se asegure justicia".
Las "Líneas guía", según explicó, subrayan la "responsabilidad" de los obispos o de los superiores mayores religiosos, que pueden recibir ayuda de expertos, pero a condición de que ésta no suponga "abdicar a la responsabilidad específica que tiene el superior".
El portavoz vaticano explicó que en los países de lengua inglesa, en general, las conferencias ya han asumido líneas de respuesta a estos casos, en particular en Estados Unidos, Irlanda, Inglaterra y Gales, Escocia, Nueva Zelanda, Malta, Australia, y Candá.
En Asia, los obispos de Filipinas ya han adoptado "Líneas guía", mientras que los de la India están trabajando en estos momentos en la redacción del documento.
En América Latina, Brasil y Chile ya han adoptado este tipo de medidas, mientras que lo está haciendo en estos momentos la Conferencia Episcopal de Venezuela.
Por lo que se refiere a Europa, las "Líneas guía" de Alemania son "muy conocidas", y ya se han adoptado en Austria, Suiza, Eslovenia y Francia, y se están trabajando en Holanda, Suecia y Bélgica.
En Italia, la presentación del documento ha tenido lugar pocos días después de que estallara en la opinión pública el caso del padre Riccardo Seppia, sacerdote de Génova, condenado y arrestado por abusos sexuales y distribución de droga (que utilizaba como medio de chantaje).
El padre Lombardi dijo que, ante este caso, "ha sido un ejemplo la reacción del cardenal Angelo Bagnasco", arzobispo de Génova y presidente de la Conferencia Episcopal, quien al anunciarse el arresto acudió a celebrar misa a la parroquia del sacerdote para mostrar su cercanía a las víctimas. El purpurado había ofrecido su colaboración a las autoridades civiles.
Según el portavoz vaticano esta reacción del purpurado "ha sido muy apreciada por la opinión pública italiana". Ahora la Conferencia Episcopal Italiana está trabajando en la adopción de "Líneas guía" para afrontar estos casos, pues hasta ahora cada obispo había aplicado la normativa según su propio criterio.
Un "caso gravísimo", como el acaecido en Italia, según Lombardi, exige "prevención y atención en el ámbito pastoral", en la formación al sacerdocio, y "conocimiento de la personalidad del sacerdote", prestando atención a posibles "signos" que puedan indicar anomalías o casos de abuso de menores.
Por lo que se refiere a resarcir a las víctimas, el padre Lombardi explica que se trata de una cuestión "que afecta a los casos prescritos, pues la ley civil está pensada para los que no han prescrito y tiene lugar el juicio".
La "pista" seguida por la Iglesia católica en Alemania para los casos prescritos por la ley, dijo por ejemplo el padre Lombardi, "consiste en estar muy atenta y ser muy generosa con el pago de las terapias, y prever una cierta cantidad de dinero para compensar los daños sufridos".