CASTEL GANDOLFO, domingo, 17 de julio de 2011 (ZENIT.org).- Benedicto XVI alentó este domingo a llevar el escapulario de la Virgen del Carmen, como “un signo particular de la unión con Jesús y María”.
El pontífice recomendó en polaco vestir esta prenda de tela, de color marrón, que se cuelga del cuello, al final de su encuentro con los peregrinos con motivo del Ángelus.
No parece casual que pronunciara estas palabras en polaco, pues Juan Pablo II llevaba desde su juventud esta prenda y veía en ella un símbolo de “defensa en los peligros, sello de paz y signo del auxilio de María” (Cf. ZENIT, 16 de julio de 2003).
Las palabras de Benedicto XVI resonaban al día siguiente de la celebración de la memoria de Nuestra Señora de Monte Carmelo, que recuerda este gesto de devoción.
“El escapulario es un signo particular de la unión con Jesús y María --aseguró el pontífice--. Para aquellos que lo llevan constituye un signo del abandono filial en la protección de la Virgen Inmaculada. En nuestra batalla contra el mal, que María, nuestra Madre, nos envuelva en su manto”, concluyó.
Como explica la Orden de los Carmelitas Descalzos en su página web, el escapulario en su origen era un delantal que los monjes vestían sobre el hábito religioso durante el trabajo manual.
Con el tiempo asumió el significado simbólico de querer llevar la cruz de cada día, como los verdaderos seguidores de Jesús.
La misma Orden aclara que el escapulario no es “un objeto para una protección mágica (un amuleto)”, “ni una garantía automática de salvación”, “ni una dispensa para no vivir las exigencias de la vida cristiana, ¡al revés!”.