IUDAD DEL VATICANO, miércoles, 23 febrero 2005 (ZENIT.org).- El mal tiempo y su estado convaleciente de salud obligaron a Juan Pablo II a ofrecer este miércoles la primera «video-audiencia» general de su pontificado en el Vaticano.
Según se había anunciado el Papa debía tener su semanal encuentro con los fieles desde la ventana de su estudio. Ahora bien, la intensa lluvia y el fuerte viento que azotaron Roma en la mañana obligaron a reunir a los peregrinos en el Aula Pablo VI del Vaticano para resguardarles de la intemperie.
El pontífice, que se recupera de la crisis respiratoria provocada por la gripe, por la que estuvo hospitalizado nueve días a inicios de febrero, se dirigió a los doce mil participantes por televisión desde su biblioteca privada, lugar en el que suele recibir a jefes de Estado y a otras personalidades.
Hablando con voz ronca, aunque bastante clara, el pontífice ofreció en su intervención en italiano un reflexión sobre el período litúrgico de preparación para la Semana Santa, la Cuaresma, «que nos exhorta a un particular compromiso de oración, ayuno y penitencia, y a una mayor solidaridad hacia el prójimo, en especial, hacia los pobres y necesitados».
«Abramos el corazón a las sugerencias interiores de la gracia --invitó el pontífice que hablaba sentado--. Que el egoísmo deje lugar al amor para que podamos experimentar la alegría del perdón y de la íntima reconciliación con Dios y con los hermanos».
A continuación, después de que sus colaboradores presentes en la Sala de las Audiencias presentaran a los grupos de peregrinos presentes, el Papa dirigió un saludo en seis idiomas (inglés, francés, alemán, castellano, polaco e italiano).
Hablando en castellano, deseó: «Que vuestra peregrinación a Roma os ayude a acrecentar vuestro amor a Cristo y a su Iglesia».
La «video-audiencia» duró algo menos de media hora, mientras que las audiencias generales suelen durar unos noventa minutos.
En la tarde de este martes, al presentar el nuevo libro de «Memoria e identidad» de Juan Pablo II, Joaquín Navarro-Valls, portavoz vaticano, explicó que «el Papa está mejorando y sigue lo que le aconsejan los médicos, que es un poco de calma».