IUDAD DEL VATICANO, sábado, 2 abril 2005 (ZENIT.org).- En medio de las horas de agonía que está viviendo Juan Pablo II, la Santa Sede denunció este sábado la detención de dos obispos, un sacerdote y un laico en China continental.
Un comunicado de prensa publicado por Joaquín Navarro-Valls revelaba que a Roma «ha llegado la noticia de que el miércoles, 30 de marzo pasado, el reverendo Tommaso Zhao Kexiun, de la diócesis de Xuanhua en la provincia de Hebei, fue detenido por la policía mientras regresaba de un funeral».
«No se sabe dónde está, ni se conoce el motivo de su detención», denuncia el documento de la Santa Sede.
«También el obispo de la misma diócesis, monseñor Filippo Pietro Zhao Zhendong, de 85 años, fue arrestado el 3 de enero de este año, y está detenido en la ciudad de Jiangjiakou», añade el texto.
«El Domingo de Ramos, 20 de marzo pasado, las fuerzas de seguridad nacional se llevaron a monseñor Giacomo Lin Xili, de 86 años, obispo de Wenzhou, en la provincia de Zhejiang. No se conocen los motivos de su arresto», constata Navarro-Valls.
Por último, el comunicado informa que «en la diócesis de Wenzhou, dos días después, fue detenido del mismo modo el señor Gao Xinyou, colaborador den la pastoral de los laicos en la zona de Longgang».
El obispo Lin Xili forma parte de la lista de 18 obispos y 19 sacerdotes arrestados o sometidos a régimen de aislamiento que en días pasados difundió la agencia de información «AsiaNews» y que fue entregada a la embajada de China en Estados Unidos por un representante de la Conferencia de Obispos Católicos de ese país.
«Se trata de uno de los obispos de la iglesia clandestina que en fases alternas son secuestrados y sometidos a lavado de cerebro para que se inscriban a la fuerza en la Asociación Patriótica, el organismo de control del Partido Comunista Chino, que tiene entre sus objetivos la creación de una iglesia independiente del Papa», aclara el padre Bernardo Cervellera, director de «AsiaNews».
Este viernes, el portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores, Liu Jianchao, en una rueda de prensa deseó al Papa un «rápido restablecimiento».
Si bien el viernes la agencia «Xinhua» y el «Diario del Pueblo» informaban ampliamente sobre la salud del Papa, según fuentes de «AsiaNews», este sábado las noticias desaparecieron de todos los sitios en Internet, de las televisiones y los periódicos no ofrecieron ni una foto ni una línea.
Pekín rompió sus relaciones con la Santa Sede en 1951, expulsando al nuncio apostólico, el arzobispo Antonio Riberi.
Para reanudar relaciones, China pide dos condiciones: que el Papa no interfiera en la situación religiosa del país (entre otras cosas, que no nombre a los obispos) y que renuncie a sus relaciones con Taiwán.