El mensaje papal de este año sobre las comunicaciones se ha ocupado de las redes sociales.
No puede ser más positivo y equilibrado.
También esto forma parte de lo que enseña Benedicto XVI, así que estaría bien dedicarle una atención adecuada, que no sólo de la ideología de género habla el magisterio papal, sino de toda palabra que... bla bla bla.
Como es habitual, hay en el mensaje de este año alguna nota de advertencia. Me quedo ahora con ésta:
"La confianza en el poder de la acción de Dios debe ser superior a la seguridad que depositemos en el uso de los medios humanos. También en el ambiente digital, en el que con facilidad se alzan voces con tonos demasiado fuertes y conflictivos, y donde a veces se corre el riesgo de que prevalezca el sensacionalismo, estamos llamados a un atento discernimiento"
Porque tengo para mí que algunos no han reflexionado lo suficiente sobre los exabruptos que sueltan en la red, y creen que sus dentelladas a quienes consideran sospechosos (de lo que sea) defienden "su Iglesia" cuando en realidad lo que están haciendo es despedazarla con el pretexto de la ortodoxia de turno (del signo que sea).