Circula desde 2015 por las redes sociales un bulo atribuido a Papa Francisco, que dice frases como esta: "Ayuna de palabras hirientes y transmite palabras bondadosas. Ayuna de descontentos y llénate de gratitud. Ayuna de enojos y llénate de mansedumbre y de paciencia...". Cada año se repite el mismo mensaje, y una y otra vez muchos católicos reenvían el mensaje creyendo que se unen piadosamente al deseo del Papa.
Vamos a ver: "Ayuna de palabras hirientes", ¿qué clase de tontería dice esa frase? Herir a otro con las palabras es un pecado, y por tanto no hacerlo no entraña ningún mérito, sino que es sencillamente lo que debemos hacer todos, cristianos y no cristianos. No es ninguna virtud ni ningún ayuno.
Ya sé que es difícil no pecar, y que "hasta el justo cae siete veces al día", pero de allí a creer que cuando conseguimos no hacer algo malo ya somos buenos, hay un gran salto, que se llama infantilismo.
Por el contrario, Papa Francisco es bastante amigo del ayuno concreto, del de toda la vida, que consiste en no comer. De hecho, ha convocado muchas veces a ayunos de comida, creo que mucho más que los papas anteriores, de manera explícita (todos los papas convocan implícitamente ayunos, del momento en que ninguno ha derogado los dos ayunos obligatorios de cada año: miércoles de ceniza y viernes santo).
Para este año 2022 ha convocado a que los cristianos ofrezcamos nuestro ayuno preceptivo del miércoles de ceniza por la intención de la paz en la invasión de Ucrania a manos de Rusia, e incluso ha pedido a los no cristianos que se unan en el gesto.
Así que ¿ayunar de palabras hirientes? sí, toda la vida, pero cuando hablamos de ayuno hablamos de no comer.
Antecedentes del ayuno cristiano
La religiosidad siempre estuvo unida a prácticas de mortificación personal, y una de las principales siempre se ha considerado que es el ayuno.
En el Antiguo Testamento, el gran día de la Expiación, codificado en Levítico 23, manda a los israelitas ayunar como parate de la preparación al pedido de perdón. Pero no solo hay ayunos oficiales y colectivos, también se utiliza el ayuno como preparación espiritual personal para diversas ocasiones.
David, por ejemplo, ayunó cuando un hijo se le moría, por ver si Dios conservaba a su hijo con vida (2Sam 12); la reina Ester pide que se ayune con ella para darle fuerza espiritual en la presentación que tiene que hacer ante el rey (Est 4,16); Moisés ayuna en la recepción de la Ley (Ex 34); Elías ayuna como preparación al encuentro con Yahvé (1Re 19)... y muchos más: el ayuno forma parte del entramado religioso de Israel.
Jesús ayunó y mandó el ayuno
Pero para nosotros sin duda que el ejemplo más importante y venerable es el del propio Jesús, que como preparación a su vida pública hace un prolongado y total ayuno, tras el cual vence al demonio que lo acosa en el desierto (Mt y Lc 4,2)
Parece ser que en su vida pública no mandó a los suyos ayunar, y eso causaba extrañeza ("¿Por qué tus discípulos no ayunan?", Mc 2,18), sin embargo la misma tradición recoge las palabras de Jesús: "Mientras tengan consigo al novio no pueden ayunar. Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán, en aquel día."
Estas palabras pueden leerse a varios niveles:
-El "novio" es principalmente arrebatado en la pasión, sin embargo pensar en que se refiere a esos escasos días, y dejar el ayuno solo para ese tiempo parece demasiado poco para la solemnidad de la frase.
-La tradición entendió que se refería al tiempo entre la pasión y la segunda venida, y en general se ha admitido que el ayuno señala la espera de la manifestación gloriosa del Señor. Sin embargo, aunque los evangelios conservan la expectación de la segunda Venida, insisten en que Cristo está ya presente de alguna manera -pero muy real- en su Iglesia, y por tanto ¿cabría ayunar? ¿acaso no está ya realmente el "Novio" con nosotros?
Sea cual sea de las dos, es claro que Jesús abrió la puerta al ayuno.
En la Didajé [1], que recoge prácticas d ela Iglesia de fin del siglo I, se habla del ayuno, y se establece lo siguiente:
«Vuestros ayunos no sean al tiempo que lo hacen los hipócritas, pues éstos ayunan el segundo y quinto día de la semana; vosotros, empero, ayunad el día cuarto y el de la preparación.» (Did. 8,1)
Donde parece que toda la diferencia con el ayuno de "los hipócritas" fuera los días en que se realiza, y no el espíritu y el modo en que se realiza (cfr. Mt 6,16).
Sin embargo este mismo documento recoge un "ágrafon" del Señor [2] que da un curioso fundamento al ayuno:
«He aquí la doctrina contenida en estas palabras: Bendecid a los que os maldicen, rogad por vuestros enemigos, ayunad en favor de los que os persiguen. Si amáis a los que os aman, ¿qué gratitud mereceréis? Lo mismo hacen los paganos.» (Did 1,3)
Fácil es reconocer aquí a Lucas 6,27ss, sin embargo aparece un nuevo fundamento para el ayuno, no tendría que ver con la ausencia de Jesús sino con un acto de amor vicario a semejanza del de él.
Estos diversos niveles de significado del ayuno mandado por Cristo no se excluyen mutuamente. El ayuno desde luego que evoca las tentaciones y padecimientos de Cristo, pero no menos es preparación para el gran encuentro con él en su Venida, y en este sentido entraña algo de gozo, porque si bien el Novio nos ha sido "quitado", sin embargo fue llevado al Padre a abrirnos camino: no es ausencia de muerte, sino de plenitud de vida. Y de esa misma vida, que ya hemos recibido, surge también el valor vicario del ayuno: podemos ayunar en favor de los demás, como exceso de vida que se derrama aun por aquellos que no la conocen.
¿Qué debemos hacer para ayunar?
Aunque no se excluyen los ayunos prolongados (a imitación de los grandes ascetas bíblicos, incluyendo al propio Jesús), cuando la Iglesia ordena el ayuno lo hace pensando en la generalidad de los creyentes, y en nuestras posibilidades reales.
En el Código de Derecho Canónico vemos que el ayuno está ordenado solo dos días al año: Miércoles de Ceniza y Viernes Santo (can. 1251), y obliga a todos los cristianos entre la mayoría de edad y los 59 años cumplidos (can. 1252), aunque el propio Código no define con mayor precisión cómo debe cumplirse ese signo, sino que deja esta tarea a las conferencias episcopales de cada región.
A pesar de esta invitación del CDC a las normas de cada Conferencia Episcopal, en la práctica rige lo establecido por SS Pablo VI en la constitución apostólica «Paenitemeni» [3], de 1966, en la que se reforman las normas penitenciales, y que en su nº III,2 define el ayuno como «una sola comida durante el día, pero no prohíbe tomar un poco de alimento por la mañana y por la noche, ateniéndose, en lo que respecta a la calidad y cantidad, a las costumbres locales aprobadas.»
Esto es, podríamos decir así, un mínimo. Es realmente difícil que alguien pueda padecer por encima de sus fuerzas con esa práctica. Cada fiel puede dar un paso más en la observancia, de acuerdo con sus fuerzas, y también de acuerdo con el espíritu que anima a la penitencia cristiana, que no es exhibir ante los hombres nuestra piedad, ni demostrarle a Dios lo fuertes que somos, sino unirnos a él, y desde él, al sufrimiento en el que el mundo está sumergido.
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[1] La Didajé o "Doctrina de los Doce Apóstoles" es un extraordinario documento patrístico de fines del siglo I, cuando aun se estaban redactando algunos textos del NT. Puede leerse en cualquier compilación de textos patrísticos, y está incluida en la colección patrística de El Testigo Fiel.
[2] Los "ágrafa" o "sentencias no escritas de Jesús" son frases que se conservan en escritos que no son los evangelios (apócrifos, obras de los primeros Padres, etc.), atribuidas a Jesús, y que los especialistas estudian para descubrir si recogen una tradición auténtica de palabras del Señor. Un libro clásico sobre el tema es "Palabras desconocidas de Jesús", de Joachim Jeremias, Ed. Sígueme, 1990(4ª).
[3] Vale la pena leer este documento, no solo por las cuestiones prácticas de lo que "está mandado" sino también por la fundamentación de la penitencia cristiana, expresada con la delicada sensibilidad de Pablo VI.
El cuadro que ilustra el escrito es una representación , un tanto cómica, del ayuno cuaresmal, y es un fragmento de la conocida obra "La lucha del Carnaval con la Cuaresma", de Pedro Bruegel el viejo, 1559.
2uerido Abel bueno que escribes especialmente iniciando la Cuaresma Lent da gusto Leerte El Ayuno Cristiano del 1 de Marzo de 2022 2uerido Abel y dices Jesús ayunó y mandó el Ayuno mientras tengan consigo al Novio no pueden Ayunar días vendrán en que será arrebatado el Novio entonces ayunaran en aquel día . El Novio es arrebatado en la pasión . sin embargo aunque los evangelios conmemoran la expectación de la 2a venida mientras que Cristo ya está presente de alguna forma pero muy real en su iglesia. Acaso no está ya realmente el Novio con nosotros . Si amais a los 2ue os aman 2ue gratitud merecéis . Entraña algo de gozo porque si bien el novio nos ha sido quitado , sin embargo fué llevado al Padre abrirnos camino no es ausencia de muerte sino plenitud de vida . Y de esa misma vida que ya hemos recibido. Dios te bendiga 2uerido Abel
Muy pertinente tu escrito. ¡Gracias!
Remberto