Aunque en la actualidad se lo reconoce casi unánimemente como un personaje de ficción, que pudo haberse inspirado en Danel (LXX los transcribe, además, igual), no puede identificarse con aquel porque el profeta es judío, representante del judaísmo fiel, mientras que el otro representa la sabiduría que está más allá de las fronteras de Israel (ver nota a Danel)