Esta célebre historia no se encuentra en los manuscritos joánicos más antiguos, y aunque se conoce su existencia desde la antigüedad, tardó mucho en ser aceptado como escritura canónica; algunos manuscritos lucanos lo agregan atrás de Lc 21,38, y efectivamente los especialistas están de acuerdo en que el lenguaje es mucho más lucano que joánico. Sin embargo, andando el tiempo se estabilizó al fin del cap 7 de Juan, y ya no se quitará de aquí, pero es importante tener presente que no pertenece al universo literario y teológico joánico.