Aunque en el libro no se indica que haya que atender a las etimologías de los nombres, salvo el caso de Noemí , llama la atención los nombres de mal augurio de los hijos, de una de sus esposas Orpá, y lo acertado del nombre de la protagonista, Rut. Un elemento más que ayuda a situar este relato entre las ficciones narrativas edificantes (a la par de Tobías, Judit, Ester y Jonás), y no entre las crónicas históricas, lo que difícilmente sea, a pesar del sitio que ocupa en el canon. Seguramente el libro acabó siendo considerado histórico puesto que contenía un fragmento genealógico real, el de David.
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