Aunque la LH la puede rezar cualquier católico, y la Iglesia nos invita a todos a hacerlo cada día, hay en la Iglesia algunos que tienen mandato de rezarla, es decir, que la Iglesia confía en que al menos ellos la rezarán.
Se trata de todos los sacerdotes (obispos, presbíteros y diáconos) y todos los religiosos.
No todos tienen obligación de las mismas horas, pero las diferencias no están siempre en las "horas menores"; por ejemplo, los sacerdotes y congregaciones de vida activa sólo están obligados a una hora intermedia, mientras que las órdenes monásticas suelen estar obligadas por sus constituciones a las tres horas menores.
El rezo concreto de la Liturgia de las Horas no varía según si se hace por mandato canónico o no, sino que es el mismo para unos y otros; debería desterrarse del vocabulario litúrgico hablar de «liturgia de las horas para laicos» y expresiones semejantes: eso es algo inexistente. Hay una única Liturgia de las Horas, a lo sumo editada en forma completa o abreviada.