Cuando se reza en comunidad (aunque sean dos), la primera vez que se dice la antífona (es decir, antes de iniciar el salmo o cántico) la dice sólo el que preside. Al final del salmo o cántico la recitan todos juntos.
Esto es válido para todos los salmos y cánticos, incluidos el Magnificat, el Benedictus y el Nunc dimittis; excepto para el salmo del Invitatorio: en este caso, la primera vez la dice sólo el que preside, y luego la repiten todos juntos al terminar cada estrofa.
Ésta es la regla general, pero es sólo de práctica: no hay ninguna rúbrica que especifique el modo de rezar las antífonas, por lo que una comunidad concreta -sobre todo si sus miembros rezan juntos habitualmente- puede decidir utilizar otro modo, por ejemplo, si son pocos, que cada uno lea una, o decirla todos juntos al principio y al final, o usar el modo responsorial del Invitatorio [Ordenación General n. 125].
Aunque no menciona el modo de rezarla, es especialmente recomendable leer el n 113 de la Ordenación General, que trata del sentido de la antífona en la estructura de las Horas.
Aprovecho la pregunta para mencionar algunas cuestiones relacionadas.
-En el rezo individual o de un pequeño grupo estable, sólo en las ferias del Tiempo Ordinario, puede reemplazarse la antífona repetida al principio y al final, por la lectura del epígrafe del salmo (la cita patrística que lo acompaña, y que normalmente no se lee), que en ese caso no se repite [Ordenación General n. 114].
-Cuando los salmos son uno mismo dividido en dos o tres partes, en el rezo individual, puede rezarse sólo la primera antífona, y decir las partes seguidas, sin las antífonas ni el Gloria intercalado; al final se repite la misma antífona. Esto ocurre generalmente en Oficio de Lecturas, y en menor medida en Hora Intermedia y en los dos salmos de Vísperas [Ordenación General nn. 115 y 124].
-Cuando la antífona repite el primero o los dos primeros versos del salmo, no se recita independientemente al inicio, sino que el que preside comienza directamente con el salmo, y al final recitan todos juntos la antífona. En la edición manual esto viene señalado con una crucecita en rojo al lado de la antífona y luego otra en el verso siguiente al repetido; sin embargo, la marca no es necesaria ya que surge de la lectura misma del inicio del salmo, y nuestra edición en línea no la coloca.