La oración de las Horas es siempre oración de la Iglesia, en su doble dimensión horizontal y vertical, comunitaria y jerárquica. Así que si bien se puede rezar la liturgia de las horas solo, en casa, cuando verdaderamente se puede decir que se realiza plenamente y de forma visible el rezo litúrgico es cuando se reúne la asamblea en el templo, presidida por el sacerdote (obispo, presbítero o diácono).
Ahora bien, no siempre es posible reunirse visiblemente la Iglesia para rezar las horas, así que normalmente la rezamos o en grupos de iguales (laicos) o individualmente.
-Cuando hay algún sacerdote, él preside, es decir, recibe a los orantes, inicia la oración, bendice y saluda al pueblo al finalizar (como en la liturgia de la misa).
-Si no hay un sacerdote, dirige la oración cualquiera del grupo (que pasa entonces a ser quien preside), pero naturalmente no hay bendición final (sólo la despedida normal "el Señor nos bendiga, etc...")
-Si el rezo se hace en privado, por supuesto que nadie preside, aunque sigue siendo oración de toda la Iglesia.
la Liturgia de las Horas es de toda la Iglesia, como cuerpo místico, por su propia naturaleza.
El tema de las diversas funciones (presidencia, lectura, canto) está tratado en el cap 5,1 («Los diversos oficios que se han de desempeñar») de la Ordenación General de la Liturgia de las Horas, a la que se tiene acceso desde la portada de la liturgia en este mismo sitio.