El modo correcto de unir el Oficio de Lecturas a cualquier otra hora está tratado en el nº 99 de la Ordenación General, que dice:
Si se celebra el Oficio de lectura inmediatamente antes de otra Hora del Oficio, se puede adelantar al comienzo de toda la celebración el himno correspondiente de esta Hora; después, al fin del oficio de lecturas, se omite la oración y la conclusión, y en la Hora siguiente se omite la invocación inicial y el Gloria al Padre.
Entonces queda:
-Invocación inicial (Dios mío ven en mi auxilio...)
-Himno de Vísperas
-Salmodia de Oficio
-Lecturas del Oficio
-Te Deum, si corresponde.
-Salmodia de Vísperas
-Resto de las vísperas, hasta el final.
Hay otras formas de unión que algunos utilizan (reemplazar la lecturas breve de Vísperas por las lecturas del Oficio, por ej.), pero no están contempladas en la Ordenación General y en realidad resultan no ser ni una hora ni la otra.
Hay que tener atención con lo siguiente:
Las solemnidades siempre tienen Primeras Vísperas, por lo tanto el día anterior a una solemnidad no tiene Vísperas, y no puede unirse el Oficio de Lecturas. Esos días (por ejemplo los sábados) el Oficio sólo puede unirse a Laudes o a las Intermedias.
Pero sí es posible unir a las Primeras Vísperas de una solemnidad el Oficio de Lecturas del día de la solemnidad, así que, por ejemplo, el Oficio de Lecturas de los domingos puede recitarse junto con las Primeras Vísperas de ese domingo, es decir, el sábado por la tarde, o puede unirse a las Segundas Vísperas (es decir, el domingo a la tarde).
Lo que nunca debe hacerse es unir el Oficio de Lecturas de un día litúrgico a las Primeras Vísperas del día siguiente (por ejemplo el Oficio del sábado a las Primeras Vísperas del domingo), ya que se trata en realidad de días distintos, aunque compartan el día calendario.