Casi no pasa semana sin que en algún comentario a la vida de un santo me pidan "la" oración del santo, por eso preparé esta respuesta general, para poder linkearla en esas ocasiones.
Ante todo hay que aclarar lo siguiente: no existe "la" oración de un santo.
Es decir, la invocación de un santo no obedece a palabras con una carga mágica, tal que si no se recitan estas específicas, el santo no responderá.
Imaginemos que alguien quisiera que le pasáramos la formula para pedirle a su hermano mayor que lo ayude en la tarea... ¡no existe una fórmula! Y cuánto mejor nos responderá nuestro hermano mayor si somos capaces de hablarle con sinceridad y con nuestras propias palabras.
Casos de oración "oficial"
Es verdad que hay algunos casos en que la oración a un santo es oficial:
-Cuando tiene culto litúrgico, es decir, cuando existe litúrgicamente la memoria o la fiesta de un santo, entonces hay generalmente una oración litúrgica propia del santo que se utiliza al final de las horas de la liturgia, y como "oración colecta" de la misa. Esa oración, si existe, está siempre en la página del santoral, y puede usarse (aunque no es obligatorio) también para la devoción privada.
-Cuando se pide la canonización de un beato o beata: suele ser una oración pidiendo la intervención del beato para que Dios realice milagros a través de él de tal modo que quede de manifiesto la santidad. Esas oraciones las suele distribuir la congregación o el grupo que pide la canonización, y está bien que se use la fórmula oficial para evitar excesos en la manera de dirigirse al santo, ya que a veces la exagerada devoción lo pretende convertir en un "minidiós".
Como se ve, son casos específicos, fuera de lo cual queda el amplio terreno de la relación personal con el santo, y que no está sujeto a ninguna regulación.
La "aprobación eclesiástica" de las oraciones
Es cierto que cuando vemos una estampita de un santo con una oración atrás suele decir "con aprobación eclesiástica", lo cual puede dar la errónea idea de que solo se puede dirigir uno al santo si usa una fórmula eclesiásticamente aprobada.
Pero no es así: las estampitas dicen "con aprobación eclesiástica" porque si uno difunde una devoción (por ejemplo imprimiendo y distribuyendo una estampita) está promoviendo un culto publico, por tanto es obligatorio (y natural) para el que promueve ese culto, que esté aprobado dentro de los límites del culto de la Iglesia. Pero eso no significa que si yo le rezo al santo (que es un acto de devoción privada) tenga que usar una fórmula aprobada. Vuelvo a insistir: no hay nada mejor que las palabras del propio devoto.
Algunas orientaciones en la oración privada a los santos
Hay algunas características que debe cumplir la oración a los santos para estar dentro del valor y el respeto de la oración católica:
1-Esto es casi obvio, pero dada la extensión de cierta mentalidad mágica, cabe aclarar que lo que se pide debe estar dentro de lo que es bueno, no se puede pedir ni a Dios, ni a la Virgen ni a los santos que causen daño a nadie, ni castigos, ni ningún mal en general: es legítimo, por ejemplo, pedir que ilumine la mente o el corazón de tal presidente para que deje de promover guerras, pero no es correcto pedir que Dios lo castigue por promoverlas.
2-Nunca se le pide ni a la Virgen ni a los santos "por Jesucristo nuestro Señor" ni ninguna fórmula parecida. Nunca al menor por el mayor.... Se le puede pedir a Jesús por los méritos de la Virgen, pero no a la Virgen por los méritos de Jesús, porque quien propiamente realizará lo que pedimos es el propio Jesús, el santo es intercesor, pero no autor. La Virgen tiene -como dicen los teólogos- "omnipotencia suplicante", es decir, que es (casi) todopoderosa para pedirle a Dios, pero no para hacer nada: el único todopoderoso es Dios.
Componer la oración al santo
Es lindo y una buena práctica componer la oración que queremos hacerle al santo, no improvisar. Por ejemplo, leer la biografía que consigamos, y si nos llama la atención una anécdota o una característica suya, usarla en la oración: "San NN, tú que un día hiciste YY, te pido que me concedas la gracia de.... Pídeselo a Jesús por mí. Amén"
A veces sabemos para qué se suele invocar a un santo (los patronazgos), pero no sabemos por qué ejerce ese patronazgo, entonces podemos simplemente decir: "San NN, tú que eres invocado para.... te pido la gracia de tu auxilio, ya que nadie mejor que los santos para acompañar en nuestro camino a Cristo. Amén."
Finalmente, podemos usar como modelo una oración litúrgica, poniendo el nombre de nuestro santo, por ejemplo: un santo presbítero, podemos usar la oración del común de santos pastores, un santo religioso, la oración de santos varones (o santas mujeres) para religiosos, etc.
Las oraciones litúrgicas genéricas que podemos usar con los santos las tenemos en este documento, que corresponde al Tutorial para armar novenas o triduos a los santos.