Linda pregunta, porque la liturgia muchas veces recoge detallitos de la Escritura que en una lectura "a bulto" se nos pasan.
Éste resulta ser un nombre mesiánico, con su propia historia:
Parte de un oráculo del primer Isaías (es decir, hacia fines del siglo VIII) que declara que la salvación de Yahvé está en germen, oculta, y se revelará "aquel día".
El texto es Is 4,2: Aquel día el germen de Yahveh será magnífico y glorioso, y el fruto de la tierra será la prez y ornato de los bien librados de Israel.
El oráculo completo se lee en misa el lunes I de adviento (solo en el ciclo A), precisamente por su tono escatológico. Como se puede ver, aun no corresponde escribirlo con mayúsculas, porque no es ni título ni nombre propio, pero es el inicio de este uso.
La palabra la retoma Jeremías (un siglo más tarde), y la utiliza en dos pasajes, nuevamente con un fuerte contenido escatológico.
Jr 23,5: Mirad que días vienen - oráculo de Yahveh - en que suscitaré a David un Germen justo: reinará un rey prudente, practicará el derecho y la justicia en la tierra.
Jr 33,15: En aquellos días y en aquella sazón haré brotar para David un Germen justo, y practicará el derecho y la justicia en la tierra.
Como se puede ver, el traductor ya lo ha puesto aquí en mayúsculas, porque no se trata solo de una imagen metafórica, sino que puede identificarse como un verdadero título mesiánico.
Pero el que sella el significado mesiánico es Zacarías (nuevamente un siglo más tarde, inmediato a la vuelta del Destierro, hacia el 520), quien usa dos veces el nombre, inequívocamente como nombre propio:
Za 3,8: Escucha, pues, Josué, sumo sacerdote, tú y tus compañeros que se sientan en tu presencia - pues son hombres de presagio -: He aquí que yo voy a traer a mi siervo "Germen".
Za 6,12: Así dice Yahveh Sebaot: He aquí un hombre cuyo nombre es Germen: debajo de él habrá germinación (y él edificará el Templo de Yahveh).
En esta última identifica a Germen con el sumo sacerdote Josué, encargado de la reconstrucción del templo, así que piuerde un poco el valor escatológico, pero la liturgia -ayudada por las otras citas- lee estas figuras concretas como símbolos del tiempo final, y por tanto de Cristo.
La palabra hebrea es zemaj, renuevo, germen, pimpollo, brote. Por su presencia en la liturgia las traducciones católicas suelen volcarlo siempre como "germen", mientras que en versiones protestantes puedes encontrar algunas de las otras variantes, igualmente válidas desde el punto de vista de su significado.
En el NT no aparece como nombre mesiánico.