La Biblia, al igual que otros textos sagrados en la historia religiosa de la humanidad, está escrita con una sensibilidad muy poética hacia el lenguaje. Esto quiere decir que no solo esas frases que mencionas, sino prácticamente la totalidad de la Biblia no la podemos leer como lenguaje de tipo "descriptivo", es decir, prosaico.
En muchos casos, el decir frases chocantes, sin explicarlas, pone al lector ante la necesidad de tener que penetrar en el lenguaje con otras herramientas que las que usa para leer el periódico.
Jesús, aunque predicara oralmente, no es ajeno, como profeta de Israel, a ese clima de lenguaje poético-simbólico, sino que más bien está aleccionado por el contacto frecuente con la Escritura, y cuando habla lo hace en ese mismo tenor.
"por más que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados", es una reapropiación de Is 6,9-10, un caso de "ironía profética", en el que las palabras hay que entenderlas justamente al revés: la voluntad de Dios es, por supuesto, salvar y perdonar...
¿Pero por qué no lo dice al recto, y nos ahorramos equívocos? Bueno, porque al decirlo irónica y poéticamente, nos dice más cosas: nos dice, por ejemplo, que siempre nosotros echamos la culpa de nuestra dureza de corazón al Dios que nos creó y no a nuestra infidelidad; nos puede decir también, por ejemplo, que solo la paciencia ilimitada de Dios como Dios nos libra del hartazgo de Dios como Padre... en fin, nos puede decir muchas cosas con solo ahorrarse la prosa.
El lenguaje del símbolo es convocante y lleva a pensar. Dios siempre lleva al hombre a pensar, solo una religión mal predicada puede pretender que el hombre no piense y sólo siga consignas prosaicas y sencillas, "no hagas", "no toques", no "mires" (Col 2,20-23).
¿Que el hombre puede confundirse con lo que lee? sí, para eso está la comunidad lectora, la Iglesia en torno a la Palabra, que la recibe, la dialoga, corrige la recepción, y nos invita a crecer juntos en comprensión.
Cuando ese círculo de Dios --> Palabra --> Comunidad --> Creyente --> Dios se rompe, porque la comunidad no asume su tarea de escudriñar, o porque el creyente cree que puede y debe "cortarse solo", entonces Dios se retira, se guarda para mejores tiempos... hasta que la sed de verdadera Palabra nos atormente de nuevo y lo busquemos en el lenguaje, en la poesía, en el arte, en la música, en la belleza, entonces la Palabra volverá a hablar.
Comparé a la Biblia con otros textos sagrados porque la Biblia expresa la plenitud de la revelación escrita, por encima de la cual está la revelación de Dios en al persona viviente de Jesús; pero no hay duda de que Dios se manifestó en toda palabra sagrada, en la de todos los pueblos y en todas las épocas, en los mitos sumerios, en el Corán y en el Popol-vuh, por eso todo ello, y no solo la Biblia, aunque ella sea la plenitud, debe recibirse con la veneración y la delicadeza con la que se recibe la palabra poética.
Jesús no es un maestro de conducta ni un filósofo estoico, es el mayor Revelador de Dios, él mismo es Dios, ¿cómo podría hablar en prosa?