No hay un punto de la Ordenación General de la Liturgia de las Horas (OGLH) donde desarrolle específicamente ese concepto, pero creo que se deduce de la naturaleza misma de la LH que se refiere al conjunto de la oración litúrgica, y no comprende la oración personal que haya podido hacerse antes, ya que la LH es ante todo oración de la Iglesia, a la que el orante presta su voz y su voluntad. Lo que haya podido rezar personalmente antes no cuenta en este carácter propio de la oración.
De hecho, aunque no desarrolle el concepto, lo implica en el nº 35 de la OGLH, cuando, al explicar el invitatorio, dice: "El lugar del invitatorio es el principio de todo el curso de la oración cotidiana"; esta referencia al "curso de la oración" es claramente una referencia a la oración estructurada, no a las otras oraciones que personalmente se pudieran agregar.
Lo que sí debe tenerse presente es que la misa (ya sea como celebrante o como participante) cuenta como oración litúrgica (es la cumbre de la oración litúrgica), por tanto si se ha estado en misa antes de comenzar con el curso cotidiano de la oración, pienso yo (pero es una deducción mía, no lo indica ningún documento) que ya no se reza el invitatorio.
De todos modos, debe tenerse presente lo que la misma OGLH indica sobre la relación de la misa con la LH:
"La celebración eucarística halla una preparación magnífica en la Liturgia de las Horas, ya que esta suscita y acrecienta muy bien las disposiciones que son necesarias para celebrar la Eucaristía, como la fe, la esperanza, la caridad, la devoción y el espíritu de sacrificio." (nº 12)
Da la impresión de que no se aconseja el rezo de la misa antes de la LH, sino más bien después, preparado el espíritu a través del rezo de las Horas.