El nombre de Ildefonso parece ser la forma original de la que se desprenden las variantes Alfonso y Alonso. Después de san Isidoro de Sevilla, san Ildefonso (al que una fuente no muy de fiar hace discípulo del primero), ha sido siempre considerado como una de las mayores glorias de la Iglesia de España, la cual le honra como doctor de la Iglesia. Ildefonso era sobrino de san Eugenio, arzobispo de Toledo, a quien debía suceder en el cargo. A pesar de la oposición paternal, Ildefonso se hizo monje a temprana edad, en el convento de Agalia, cerca de Toledo, del que fue más tarde abad. Sabemos que fue ordenado diácono hacia el año 630, y que, aunque no era entonces más que un simple monje, fundó un convento de religiosas en los alrededores. Siendo abad, asistió al séptimo y octavo Concilio de Toledo, en 653 y 655, respectivamente. Su elevación a la dignidad de arzobispo parece haber ocurrido el año 657. Los ardientes encomios que le prodiga Julián, su contemporáneo y sucesor en la sede, así como el testimonio de otros eminentes eclesiásticos y el fervor de sus propios escritos, prueban que la elección recayó sobre un hombre que poseía todas las virtudes exigidas por esa elevada dignidad. Ildefonso gobernó la sede de Toledo algo más de nueve años, y murió el 23 de enero del año 667.
Uno de los rasgos más característicos de la obra literaria de San Ildefonso, y particularmente de su tratado «De virginitate perpetua sanctae Mariae», es el entusiasmo casi exagerado con que el santo habla de la Santísima Virgen. Edmund Bishop pone de relieve este rasgo en sus valiosos estudios («Spanish Symptoms»). Se trata en realidad de una nota típica, tanto de la devoción personal del santo como del medio en que vivía. Nada tiene, pues, de extraño que, un siglo después de su muerte, hayan surgido dos leyendas sobre la privilegiada posición de san Ildefonso respecto de la Madre de Dios. Según la primera de dichas leyendas, la mártir santa Leocadia, patrona de Toledo, se levantó de su tumba cuando san Ildefonso se hallaba orando ahí, para agradecerle, en nombre de Nuestra Señora, las alabanzas que le había prodigado. La otra leyenda pretende que la Santísima Virgen se apareció en persona a san Ildefonso para mostrarle su gratitud y que le regaló una casulla. Esta última leyenda aparece, con muchos retoques, en casi todas las grandes colecciones de Marienlegenden, que tan de moda estuvieron en los siglos XII y XIII. En todo caso, hay razones para creer que el lenguaje mariano que se impuso en Toledo en tiempos de san Ildefonso, influyó profundamente en el tono de los documentos litúrgicos españoles.
El breve resumen de la vida del santo, hecho por Julián, así como un relato atribuido a Cixila de Toledo, muy posterior y legendario, se encuentran en Acta Sanctorum, 23 de enero, y en el segundo volumen de Mabillon. Ver también Dictionnaire de Théologie, vol. VII, cc. 739-744; el artículo de Herwegen, en Kirchliches Handlexikon; E. Bishop, Litúrgica Histórica, pp. 165-210; y A. Braegelman, Life and Writings of St. Ildephonsus of Toledo (1942), que resume el material. Vale la pena la lectura del artículo correspondiente en la Patrología de Quasten - Di Berardino, tomo IV, BAC, 2000, pág 121-125, con una introducción más detallada a la obra literaria del santo.
Imagen: San Ildefonso, por El Greco, obra de 1603 o 1614, en la National Gallery of Art, Washington, USA.
Soy de del Departamento de Ica del País Perú estoy averiguando sobre el nombre de San idelfonso ya que en el centor donde vive lleva ese nombre y por curiosidad quise averiguar y me doy con la grata sorpresa que es el nombre de un santo Español
No me consta que san Ildefonso sea doctor de la Iglesia, tal y como aparece en esta biografía. ¿Me lo pueden confirmar?
No, no está declarado doctor de la Iglesia, ni la biografía dice eso: dice que en la Iglesia de España se lo considera doctor, cosa que yo entiendo que Thurston lo dice en sentido amplio (es decir, no como declaración formal sino como reconocimiento a su valor), aunque no descarto que algún concilio local lo haya declarado doctor para España.
De hecho así lo consignan los Bolandistas en el nº 2 de la introducción a la biografía de Ildefonso, en Acta Sanctorum correspondiente a esta fecha ("Plurima sunt de eo, ab Hispanis præsertim auctoribus, scripta, quæ operæ pretium esset fortassis colligere ac dilucido ordine digerere, ad sanctissimi Doctoris honorem"), pero no: formalmente y para toda la Iglesia, no lo es.
En realidad Thurston, en el original de esta hagiografía, afirma que en España recibe culto litúrgico como doctor, cosa que en la actualidad no es así (quizás lo fuera cuando Thurston la publicó).
Cuando son doctores de la Iglesia declarados oficialmente y para toda la Iglesi está consignado en el elogio del santo, el que aparece en el encabezado.