¿La confesión tiene que ser "perfecta para ser eficaz? He vivido la experiencia de recordar pecados pasdados que no recuerdo si fueron confesados o no, o reflexiones de que X pecado pudo ser más preciso. Leyendo hagiografías era común que les vinieran escrúpulos por confesiones pasadas. ¿Que opinan ustedes con respecto a la confesión? ¿Tiene que ser perfecta, precisa, descriptiva para ser eficaz?
Una persona que conozco le causaba tanta pena y verguenza decir ciertos pecados, lo intento durante años y nunca pudo, el padre termino por perdonarle esos pecados que nunca pudo verbalizar.
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En la confesión deben confesarse todos los pecados mortales, según especie ínfima y número, de los que uno tenga memoria tras un diligente examen de conciencia.
Quiere decir esto que hay que confesar cuántas veces se cometió un pecado mortal (ej: me emborraché tres veces). Si no se recuerda el número, se puede decir de forma aproximada (ej: unas tres o cuatro veces).
Respecto a lo de confesarlos según su especie ínfima: quiere decir que debe confesarse un pecado de forma que no admita ulteriores precisiones en especie. Ejemplo: si uno es soltero, no basta con decir que pecó por relaciones fuera del matrimonio; debe decir si lo hizo con una mujer casada (en cuyo caso sería adulterio) o soltera (en cuyo caso sería fornicación, que es un pecado distinto en especie del adulterio).
Las circunstancias que deben confesarse son aquellas que alteran la especie del pecado, es decir, las que hacen que un pecado pase de ser venial a ser mortal, o añaden otro pecado mortal más.
Ejemplo de lo primero: si uno mintió para ocasionar daño al prójimo, no basta decir que mintió, porque la mentira en sí no siempre es pecado mortal; debe decir que lo hizo con el fin de causar daño al prójimo, lo cual hace que el pecado sea mortal.
Otro ejemplo de lo primero: si uno llegó tarde a Misa el domingo y se perdió el Evangelio y la homilía, no basta que confiese que llegó tarde a Misa el domingo (porque llegar tarde dos minutos a Misa un día de precepto es pecado venial), sino que debe decir que se perdió el Evangelio y la homilía (en este caso, si es plenamente deliberado y consentido, y hecho con pleno conocimiento, sí sería pecado mortal).
Ejemplo de lo segundo: si uno robó un objeto sagrado de una Iglesia, no basta con decir que robó, sino que debe decir que robó un objeto sagrado, porque en este caso al pecado de robo se añade el de sacrilegio.
Otro ejemplo de lo segundo: si uno cometió adulterio y utilizó anticonceptivos en ello, no basta que diga que cometió adulterio; debe confesar que lo hizo utilizando anticonceptivos, pues esto es otro pecado mortal distinto del adulterio.
Mientras uno haga un buen examen de conciencia, no importa que se le olvide a uno un pecado; si esto ocurre, en la siguiente confesión se confiesa el pecado olvidado y listo. No hace falta solicitar otra nueva confesión solo para confesar ese pecado: se puede comulgar mientras tanto y, en la siguiente confesión, dice uno al sacerdote: "Y en la anterior confesión me olvidé de decir que pequé por X".
Si uno no sabía cosas como que había que decir el número de veces que cometió cada pecado mortal, o hasta qué grado de exactitud había que confesar los pecados, pero no actuó de mala fe ni quiso engañar al sacerdote, ni ocultar nada por vergüenza, etc. no pasaría nada.
En cambio, si uno calló un pecado mortal por vergüenza u otros motivos, y lo hizo a propósito y a sabiendas, o no estaba arrepentido de algún pecado mortal o no tenía propósito de enmienda de algún pecado mortal (ej: no pensaba en lo sucesivo apartarse de ciertas ocasiones graves de pecado), la confesión es inválida. Si esto se hizo a propósito, es además sacrílega (luego hay que añadir otro pecado mortal: sacrilegio en la confesión).
En una confesión inválida o sacrílega no se perdona ningún pecado, y además las siguientes confesiones son nulas, o sea que todas ellas (incluída la primera que fue inválida o sacrílega) deben repetirse, porque los pecados que en ellas se confesaron o callaron no fueron perdonados.