Somos Jacob, tenemos que llegar a ser Israel
Todos somos “Jacob”; Jacob es el hijo de Rebeca e Isaac, es el hombre trapucero, que confía más en sí mismo, y en los trucos de su madre que en Dios, es el creyente, que separa religión y vida, que no se arriesga, porque nunca sabes que te puede pasar; que roba a su hermano la herencia, con un engaño, y, que por ende, engaña a su padre, se auto engaña, es el hombre que no se enfrenta porque tiene miedo, miedo de todo, empezando por si mismo, y, que sólo sabe huir
Israel es el hombre que ha luchado con Dios, y ha vencido, porque Dios se deja vencer, Dios vence, se entrega por completo, cuando le rendimos la voluntad
“hagamos mi Dios un trato
En él que pienso ganar
Te entrego mi inteligencia
Mi alma, y, añado mi voluntad
Tú, Tú, te me das Tú y en Paz”
Es el hombre que deja a Dios ser Dios, que no abandona la oración, no el rezo, ni las meditaciones orientales, ni otras si no que ora, que busca la voluntad de Dios, y, cuando ha sido herido en su orgullo, “Jacob herido en el muslo”, pide a Dios su bendición, no le pregunta su Nombre, porque sabe que su Nombre, es Amor, Padre, Jesús
Un abrazo
Maite
“Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto”
Qué hermoso, Maite, es verdad: hay un tránsito de uno a otro, que también tenemos que hacerlo cada uno, si queremos ser un eslabón en el traspaso de la promesa hacia los que sigan a nosotros.
-----------------
«Busca a Dios, entonces hallarás a Dios y todo lo bueno.» (M. Eckhard)
y, cuesta pelear con Dios, porque aquí entre nosotros "yo creo que hace trampa"; pero es dificil batallar dejar atrás viejos conceptos, viejas tonterías, dejar unos planes y tomar otros, lo que pensabas una vocacion y aceptar otra, y tantas cosas
en el texto, cuando Jacob le pregunta a Dios su Nombre, Dios le dice, " Por qué me preguntas mi NOmbre que es admirable"
y realmente es admirable que podamos llamar a Dios Padre, Papá, lAbba
que le podamos llamar Jesús, hermano
que le podamos llamar Señor
que lo tengamos tan cerca, que de tan cerca no lo veamos
al final siempre nos deja ganar, en realidad gana Él por nosotros
un abrazo
Maite
"Mi Dios es mi fuerza"