Carta a la Iglesia de Pérgamo
En la carta a la Iglesia de Pérgamo, en uno de sus párrafos dice
“Sin embargo, debo reprocharte algo, y es que tienes adictos a la doctrina de Balaam, el que enseñó a Balac cómo debía seducir a los israelitas para que se prostituyeran, comiendo los alimentos sacrificados a los ídolos”
Teniendo en cuenta, que ya no había alimentos impuros, cierto que los judaizantes, aún debían estar dando la murga, pero pienso, que oficialmente ya no, al menos se toleraba que cada uno, comiera, lo que le apeteciese.
El mismo Pablo, había hablado de la licitud de comer las carnes ofrecidas a los ídolos, cierto que es otra Comunidad pero bueno…
Además lo pone como algo muy malo
Y, lo del trocito del pollo asado que se le ofreció a D. Júpiter, pues no lo veo
Por eso pienso, si podría tal vez estar refiriéndose a “comer” en sentido figurado las doctrinas y filosofías paganas, haciéndolas coincidir con el mensaje cristiano.
Un abrazo
Maite
“Quien siembra y recoge sin contar con Dios y los hermanos, destruye la cosecha”
Hola, Maite, qué lindo tema, el Apocalipsis siempre me atrae la atención.
No te puedo prometer un estudio completo y exhaustivo de la carta, porque cada una de las siete es de tal densidad... y a la vez en conjunto lo son.
Te puedes descargar de aquí un pdf con una panorámica comparativa de las siete misivas, como para que aprecies de un golpe de vista la cuidadosa estructura piramidal que tienen, con Tiatira y la figura de Jezabel en medio. Los colores en los títulos de Jesús permiten ver cómo esos títulos van a reaparecer en las distintas cartas.
Con esto quiero que ante todo aprecies que el mensaje a Pérgamo no es un mensaje particular para un problema particular de una iglesia particular, sino un aspecto de una problemática que está presente en el conjunto de la Iglesia, pero que es abordado en Pérgamo de una manera más concentrada y específica.
Pérgamo es la iglesia que convive con el poder. La ciudad de Pérgamo expresa eso. Era una ciudad suntuosa, regia, y fue la primera ciudad de Asia que instauró el culto al emperador Augusto y a Roma divinizada. Pérgamo era rica, poderosa y muy política. Además era un centro religioso de primer orden por tener uno de los altares de Zeus más importantes de la antigüedad, y un muy famoso y visitado templo a Esculapio. Así que allí comer carne inmolada a los ídolos era cosa de todos los días.
Vamos a ello: en realidad el problema de los idolotitos no estaba resuelto a fin de siglo.
Es verdad que Pablo en 1Cor 8 declara que al ser nada los ídolos, no hay problema en comer la carne inmolada a los ídolos, excepto el caso de escandalizar al hermano poco formado.
Pero en 1Cor 10 declara que no se debe participar en la mesa de Dios y en la de los demonios, en relación al mismo problema.
No es que Pablo sea esquizofrénico, sino que 1Corintios es una carta de edición compleja (no es una sola carta, sino que comprende escritos distintos del Apóstol), y que el problema en sí tiene muchos ángulos y san Pablo no es de respuestas esquemáticas.
En Didajé, VI, un escrito que no es del NT, pero es de época apostólica (año 70-100) y de enorme influencia en la antigüedad se recoge abstenerse de los idolotitos como un precepto de los fundamentales de la Iglesia.
El problema estaba vigente cuando se escribe Apocalipsis, y es posible que haya que considerar la respuesta del apocaleta como una de las tomas de postura frente al mismo.
Sin embargo, si miramos atentamente el problema central no está en los idolotitos, sino en que eso es objeto de una específica enseñanza: los que "sostienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balak", además de mencionar a los que sostienen "la doctrina de los nicolaítas".
Hay en la Iglesia de Pérgamo un problema de maestros, gente que guía a la comunidad, pero que en vez de guiarla por el sendero de Cristo y de los apóstoles, la guían por el de Balaam, y por el de los Nicolaítas.
Balaam es el conocido profeta pagano del que se hacen eco los episodios entrelazados de Nm 22ss: el pedido de Balak, rey moabita, de maldecir a Israel, y el de la burra obediente. En realidad en esos capítulos el profeta sale bastante bien parado, a pesar de que parece que casi cae por ambición y por querer actuar al margen de Yahvé. Pero hubo alguna otra tradición, perdida para nosotros, pero de la que quedó un vestigio en la Biblia, en la que Balaam resultó el instigador del pecado de los moabitas de tentar a los israelitas para tomar mujeres moabitas y llevarlos tras sus dioses (el pecado de Israel se narra en Nm 25 y la supuesta relación de Balaam con ello se alude en Nm 31,16, aunque no se desarrolla en qué consistió su influencia); esta última tradición la retoman tanto Filón como Flavio Josefo, esto implica que circulaba en la época en que el apocaleta escribía su obra.
No sabemos si los nicolaítas son una herejía concreta, o un símbolo de una doctrina apartada de la enseñanza apostólica. Puesto que también aparece en la misiva a Éfeso, y también indeterminadamente, yo me inclino más a esto último. Clemente de Alejandría la relacionó con el diácono Nicolás, uno de los siete de Hech 6,5, pero la verdad es que no hay nada concreto para interpretarlo así, y de hecho afortunadamente el Nuevo Martirologio Romano lo inscribe como santo junto a sus compañeros (fiesta el 28 de julio ), pero el pobre diácono sufrió esa calumnia por 2000 años, en que no era celebrado como santo por la Iglesia por creérsele heresiarca.
Me parece que de todo ese clima surge el sentido del pasaje: la comunidad está bien, no está mal, mantiene la fe, y ha sabido ser fiel en medio de la persecución, pero se está introduciendo allí, por vía de la enseñanza, un germen de algo que podría descarriar a la comunidad, alguien está olvidando que el poder es siempre algo que tienta a los creyentes, y que lo tienta para alejarlo de Cristo. La tentación asume formas sutiles, como toda tentación, por eso se alude al episodio de Israel con las mujeres moabitas, pero quien se rinde al poder, simbolizado en la carne sacrificada a los ídolos, queda fuera del poder de Cristo, y por tanto a merced de la "espada de su boca".
Es interesante que los premios que le esperan a los que permanecen fieles son precisamente cosas minúsculas, in-significantes: maná escondido, piedrecita blanca con un nombre nuevo que nadie conoce... todo mínimo, alejado de ese mundo de glamour que es el poder según este mundo.
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La creación es la esposa de Cristo, y nosotros su regalo de bodas.
Hola, en primer lugar gracias por el PDF, que ya he empezado a leer, y, tomar notas, la verdad está muy bien explicado.
Por cierto, hace años, bastantes, vamos creo que aún no era miembro de “aciprensa”, el Testigo fiel, no existía, yo seguía un curso sobre sectas, en “Encuentra.com”, y, allí, había leído, que “los nicolaítas” eran una secta del siglo I, que se dedicaban a todo tipo de excesos de tipo sexual, y, que además lo tenían como cosa virtuosa. No recuerdo bien, si decían que habían sido fundados, por el diácono Nicolás, o que tomaban el nombre del mismo
No sé hasta qué punto, puede ser cierta la información, pero me alegra que el diácono Nicolás figure ya como San Nicolás
Un abrazo
Un abrazo
Maite
“Caminamos y esperamos que venga a sentarse a nuestra mesa”