Juan Bautista Tiépolo nació en Venecia el 5 de marzo de 1696, en el seno de una familia acomodada. Su padre, Domingo, que era, al parecer, copropietario de un barco, murió un año después, y su madre hizo ingresar a Juan Bautista, muy joven, en la escuela del pintor Gregorio Lazzarini, mediocre aunque afamado, de quien el adolescente aprendió los primeros rudimentos del oficio. Pero Juan Bautista se interesó más en otros artistas, Bencovich y Piazzetta, como tuvo ocasión de demostrarlo en 1715, cuando fue llamado a pintar en la iglesia del Ospedaletto de Venecia. En 1717 ya estaba inscrito en el gremio de los pintores venecianos, y en 1719 contrajo matrimonio con, Cecilia Guardi, hermana de Juan Antonio y de Francisco Guardi, de la que tuvo nueve hijos.
Poco después inició la serie de sus grandes ciclos de frescos. Hacía 1725 pintó en Venecia el techo del Palacio Sandi, y, en 1726, fue llamado a Údine para pintar en la catedral, al fresco también, la Capilla del Santísimo Sacramento. En Údine llevó a cabo, asimismo, la decoración del palacio arzobispal. Puede considerarse como la obra maestra de su juventud esta realización, que Posee un colorido notablemente aclarado y orientado hacia esas gamas luminosas que habrían de constituir la Principal característica de su estilo. Se trasladó, después, a Milán, donde trabajó en los palacios Archinti y Dugnani. En 1732 volvió a Venecia y allí pintó, entre otros cuadros, La Adoración del Niño, que actualmente está en la sacristía de San Marcos; posteriormente, en el otoño del mismo año, marchó a Bérgamo, a donde volvió también al año siguiente, para decorar la Capilla Colleoní.
Los encargos que el pintor tenía que atender llegaron a ser numerosisimos y se empeñó en una producción tan vasta y diversa, que difícilmente podremos dar aquí algunos datos esenciales de la misma. En 1737 comenzó los frescos para los Jesuatos, en Venecia. En 1740 lo encontramos de nuevo en Milán, donde realizó, con grandioso éxito, la decoración del palacio Clerici. En 1743 se mostró al público el techo Pintado por él en la Cofradía del Carmen de Venecia. Entre 1743 y 1745 pintó el techo de la Iglesia de los Carmelitas Descalzas, de la misma ciudad, en el que representó el Traslado de la Santa Casa de Loreto, obra que fue destruida por un bombardeo en 1915 y cuyo boceto se halla en las Galerías de la Academia.
En 1713, trabajó en la decoración de la villa Cordellina, cerca de Vicenza, como sabemos por una carta escrita al conde Algarotti, que fue amigo y consejero del artista. Poco después pintó la historia de Antonio y Cleopatra en el palacio Labia de Venecia. En 1750 fue llamado por el príncipe-obispo de Franconia, Carlos Felipe de Greiffennlau, para decorar su palacio residencial de Wurzburgo. Tiépolo llegó allí acompañado de sus hijos Juan Domingo y Lorenzo -pintores ambos-, y fue acogido con todos los honores, obteniendo una espléndida remuneración por sus pinturas. Volvió a Venecía en 1753 y al año siguiente, en colaboración con su hijo Juan Domingo y con Francisco Zugno, llevó a cabo la decoración de la villa Soderini, en Nervesa, que fue destruida en 1917. En 1757 pintó los frescos de la villa Valmarana, cerca de Vicenza, en la cual trabajó también, durante mucho tiempo, su hijo Juan Domingo, y en 1759 pintó el Retablo de Santa Tecla en la catedral de Este, y el fresco de La Asunción en la Iglesia de la Pureza, en Údine. En 1761 se trasladó a Verona para pintar el techo del salón de baile del palacio Canossa.
Entre 1761-y 1762, Tiépolo realizó el fresco de La Gloria que está en la villa Pisani de Stra, y, todavía en 1762, llegó a Madrid con sus hijos Juan Domingo y Lorenzo, después de un viaje de casi dos meses, llamado por el rey de España Carlos III, que desde hacía tiempo deseaba encargarle la decoración del nuevo Palacio Real. Sufrió, durante sus últimos años, que pasó en la corte española, las intrigas ocasionadas por la presencia en la misma de Antonio Rafael Mengs, paladín del neoclasicismo, al que protegía el padre Joaquín de Electa, confesor del rey. No obstante, sus frescos siguen adornando los cielorrasos más importantes de dicho palacio. Tiépolo Permaneció en Madrid, hasta su muerte, que sobrevino de improviso, cuando ya tenía setenta y cuatro años, el 27 de marzo de 1770.
Bibliografía: Camilo Semenzato. Pinacoteca de los Genios. Editorial Codex S. A.