Antonello nació en Mesina hacia 1430, y era hijo de un marmolista. Su formación artística se llevó a cabo en Sicilia y Nápoles. En esta ciudad fue discípulo de Colantonio, el artista más grande de la generación anterior en toda la Italia meridional, según lo consigna Summonte en 1524.
Faltan, sin embargo, elementos para establecer con precisión el año o las fases en que se desarrolló su aprendizaje napolitano. En 1456 -dicen algunos documentos-, Antonello está en Mesina, al frente de un taller en el que trabaja como aprendiz, el año siguiente, Pablo di Ciacio, y en el que, en 1461, entra a trabajar también su hermano Jordán di Ciacio. Es difícil fijar, entre 1450 y 1463, las veces que Antonello se trasladó a Nápoles, que en aquellos años hervía de actividad artística y era el centro animadísimo de cruce de las más diversas experiencias culturales.
Seguramente en esa fase inicial debieron alternarse las Permanencias del pintor en Nápoles y Reggio de Calabria, o en Mesina y otras ciudades de la isla. Que Antonello, de joven, llegó hasta la lejana Flandes, justificándose así la hipótesis de su conocimiento profundo del arte nórdico, lo afirma Vasari, y dicha hipótesis tiene aún hoy cierto crédito. Pero tal viaje no puede situarse con precisión en la biografía del artista, ni determina tampoco una indeclinable necesidad de calificar sus formas estilísticas como de origen flamenco. En cambio, lo que más cabe suponer, como complemento de otras noticias comprobadas, es un contacto estrecho con los centros principales del Renacimiento por medio de cualquier otro viaje, quizás a Roma, quizás a algunas ciudades del norte de Italia, pero no en una época muy remota. Incluso la interpretación de algunos datos documentales que hubieran podido probar el encuentro del artista en Milán, en fecha temprana, con Petrus Christus, ha resultado desprovista de fundamento.
Los documentos de los archivos sicilianos, bastante numerosos entre 1460 y 1465, se interrumpen en esta última fecha y callan hasta 1472. En cambio, los años siguientes, 1473 y 1474, encierran los momentos en que Antonetlo pinta sus obras claves de Sicilia, el Políptico de Mesina y La Anunciación de Palazzolo Acreide. En 1475 -existe un testimonio de Mateo Colaccio para confirmarlo-, Antonello se encuentra en Venecia. Es el año de los grandes retablos para las iglesias venecianas, y allí pinta el San Sebastián, que hoy está en Dresde, y el Retablo de San Casiano, del que se conservan restos en Viena, además de algunas famosos retratos. Desde Lombardía, el 9 de marzo de 1476, Juan Galeazo Sforza escribe a su embajador ante la Serenísima para que invite a Antonello a trasladarse a Milán, como pintor de Corte y sucesor, de Zanetto Bugatti, muerto poco antes. Pero Antonello no ha terminado aún el Retablo de San Casiano y no puede abandonar Venecia. Tarda unos pocos meses en acabar la obra y, después, regresa a Sicilia. El 14 de septiembre está de nuevo en Mesina y dedica por entero los tres últimos años de su vida a su tierra natal. Testa el 14 de febrero de 1479 y días después fallece en su ciudad natal.
Bibliografía: Rafael Causa. Pinacoteca de los Genios. Edit. Codex S. A.