Durante mucho tiempo hubo dudas acerca del lugar de origen de Pietro Vannucci, llamado el Perugino, e incluso las hubo respecto a la fecha de su nacimiento, y que aún hoy no se conoce con exactitud, si bien los más consideran que debe situarse entre 1148 y 1450, basándose en las escasas y contradictorias noticias aportadas por Vasarí y por Giovanni Santi (que lo tiene por "igual en edad" a Leonardo). No falta, tampoco, quien, acogiéndose a, tal o cual fuente, piensa que hay que anticipar en dos o tres años esta fecha (1445-46) o incluso retrasarla (1452). Lo que ya resulta indudable es que nació, no en Perusa (coma una errada noticia de Vasar¿, y su propio apelativo, de Perugino, perusino, habitante u oriundo de Perusa, hicieron pensar en el pasado), sino en Cittá della Pieve (antigua Castrum Plebis), y que era hijo de Cristoforo di Giovanni, de donde viene el Vannucci= hijos de Vannuccio o Giovannuccl'o = Juan, y de Lucia Betti. No existe noticia alguna sobre las primeras actividades del pintor, fuera de la que proporciona -un documento de Città della Pieve, de 1469, en el que aparece citado. La primera información util se remonta a 1472, año en que el Perugino aparece inscrito en la Compagnia di San Luca (gremio de los pintores), en Florencia donde se puede presumir que residía desde hacía más de un año. La ya unánime atribución a Vannucci de los Episodios de la Vida (le San Bernardino, fechados en 1473 hace pensar en la presencia del Pintor en Perusa durante ese año, pero los primeros documentos de su actividad profesional son posteriores. En 1475, en efecto, el "maestro" recibe el encargo de realizar unas pinturas (hoy perdidas) para la Sala del Consejo de Perusa, y, en 1478, lleva a cabo los frescos de Cerqueto.
En esa misma fecha, el Perugino, ya célebre, fue llamado a Roma por el Pontífice Sixto IV, que le hizo importantes encargos, entre ellos la perdida decoración de la Capilla de la Concepción (1478-79) y los frescos de la Sixtina (1481-82). En 1484, siempre en Roma, el Perugino colabora con Antoniazzo Romano en los preparativos para la coronación de Inocencio VIII. En el mismo período, anteriores compromisos y nuevos encargos le obligaron a realizar frecuentes viajes a Florencia (1482 y 1486) y a Perusa, donde, en 1485, obtuvo la ciudadanía honoraria. En 1489 se encontraba en Orvieto para tratar con las autoridades locales sobre la continuación del decorado de la Capilla de San Bricio, que había dejado inacabado el Beato Angélico (dicho acuerdo se rompió en 1499, y la Capilla fue terminada por Luca Signorelli); hay pruebas de que en 1490, el pintor, que se encontraba en plena actividad, estuvo en Perusa, Orvieto, Florencia, Roma y nuevamente en Orvieto. Tras un viaje que hizo a Roma con objeto de participar en los preparativos para la coronación de Alejandro VI (1492), volvió una vez más a Florencia, donde, en 1493, tomó Por esposa a Chiara (Clara) hija del arqziitecto Litca Fancelli, la cual le daría siete hijos. En los últimos años del siglo, el Perugino alternó sus estancias en Florencia (grandes retablos de La Virgen en el trono con Santos, de los Oficios, de Viena y de Cremona, de 1493-94; Llanto por Cristo muerto, de la Galería Pitti, de 1495; La Crucifixión, niural de Santa María Magdalena de Pazzi, de 1496 (Iám. XII); Políptico de Fano, de 1497; La Resurrección, de la Pinacoteca Vaticana, de 1499-1500; y en Perusa (Políptico de San Pedro, de 1496-99, y frescos el Colegio del Cambio, 1496-1500, de los que se ve un detalle en las láminas XIII y XIV, respectivamente), con otras en Luca (1494), Venecia (1494), Bolonia (1497) y Milán (1498). En 1501, el Perugino abrió un nuevo taller en Perusa, donde, salvo sus breves desplazamientos a Florencia, permanecería -hasta 1506. A estos años se remontan el Retablo de San Francisco del Monte (1504, aproximadamente), La Epifanía, de Cittá della Pleve (1504), el San Sebastián, de Panicale (1505), La Lucha entre el Amor v la Castidad, para Isabel Gonzaga (1505), hoy en el Louvre, y el Políptico de San Agustín (1501, inacabado). En marzo de 1506, de niuevo en Florencia, trabajó en La Crucifixión, para San Agustín de Síena, recibió los encargos de La Virgen en la Gloria, para la Catedral (1507) y de La Virgen con Santos, de Londres (1507), y terminó el Políptico de la Anunciación (1507), que había dejado sin acabar Filippino Lippi.
Tras una última estancia en Roma, donde dirigió la decoración de la bóveda de la cámara vaticana que después sería llamada del Incendio (1508), el pintor fijó su actividad en Florencia, donde terminó los cuadros hoy perdidos de San Francisco de Siena (1510), y en Perusa, donde prosiguió la realización del Políptico de San Agustín. A partir de 1510, fueron cada vez más breves y raros los viajes del Perugino a Florencia y limitó su campo de acción a Perusa y su comarca. En Città della Pieve pintó en esos años La Virgen de la Catedral (1514) y los frescos de Santa María de los Siervos (1516-17). A los últimos años de su vida corresponden La Transfiguración (1517) y el San Sebastián (1518) de la Galería Nacional de Perusa, así como los cuadros de Santa María la Mayor en Spello (1521), de Santa María de las Lágrimas en Trevi (1521), del monasterio perusino de Santa Inés (1522) y de la Parroquia de Fontignano (1522). En este último centro, murió de peste, en febrero de 1523. un año después, los despojos del pintor fueron trasladados a Perusa, a la Iglesia de San Agustín, cuyo políptico había dejado sin acabar.
Bibliografía: Francesco Negri Arnoldi. Pinacoteca de los Genios. Editorial Codex S. A.