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«Mira que estoy a la puerta y llamo,
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formación, reflexión y amistad en la fe, con una mirada católica ~ en línea desde el 20 de junio de 2003 ~
Biblia: Los Salmos


Salmo 83 (82): Oración indignada del justo
Buscador simple (o avanzado)
El buscador «simple» permite buscar con rapidez una expresión entre los campos predefinidos de la base de datos. Por ejemplo, en la biblioteca será en título, autor e info, en el santoral en el nombre de santo, en el devocionario, en el título y el texto de la oración, etc. En cada caso, para saber en qué campos busca el buscador simple, basta con desplegar el buscador avanzado, y se mostrarán los campos predefinidos. Pero si quiere hacer una búsqueda simple debe cerrar ese panel que se despliega, porque al abrirlo pasa automáticamente al modo avanzado.

Además de elegir en qué campos buscar, hay una diferencia fundamental entre la búsqueda simple y la avanzada, que puede dar resultados completamente distintos: la búsqueda simple busca la expresión literal que se haya puesto en el cuadro, mientras que la búsqueda avanzada descompone la expresión y busca cada una de las palabras (de más de tres letras) que contenga. Por supuesto, esto retorna muchos más resultados que en la primera forma. Por ejemplo, si se busca en la misma base de datos la expresión "Iglesia católica" con el buscador simple, encontrará muchos menos resultados que si se lo busca en el avanzado, porque este último dirá todos los registros donde está la palabra Iglesia, más todos los registros donde está la palabra católica, juntos o separados.

Una forma de limitar los resultados es agregarle un signo + adelante de la palabra, por ejemplo "Iglesia +católica", eso significa que buscará los registros donde estén las dos palabras, aunque pueden estar en cualquier orden.
La búsqueda admite el uso de comillas normales para buscar palabras y expresiones literales.
La búsqueda no distingue mayúsculas y minúsculas, y no es sensible a los acentos (en el ejemplo: católica y Catolica dará los mismos resultados).
Num litúrgica: Salmo 82

no se utiliza en la Liturgia de las Horas
Señor, no te estés callado, en silencio e inmóvil, oh Dios;
mira que tus enemigos se agitan
y los que te odian levantan la cabeza;

traman planes contra tu pueblo,
se conjuran contra tus protegidos.

Dicen: "Vamos a aniquilarlos como nación,
que el nombre de Israel no se pronuncie más".

Están de acuerdo en la conjura, hacen liga contra ti:
los beduinos, idumeos, ismaelitas, moabitas y agarenos,

Biblos, Amón, Amalec, los filisteos con los tirios;
también los asirios se aliaron con ellos
y prestaron refuerzos a los hijos de Lot.

Trátalos como a Madián, como a Sísara,
como a Yabín, junto al torrente Quisón:

que fueron aniquilados en Fuendor
y sirvieron de estiércol para el campo.

Trata a sus príncipes como al Cuervo y al Lobo,
a sus capitanes como a Zebá y a Salmaná,
que arengaban: "Conquistemos las vegas fértiles".

Dios mío, vuélvelos hojarasca, vilanos frente al vendaval;
como fuego que prende en la maleza,

como incendio que abrasa los montes,
persíguelos así con tu tormenta,
atérralos con tu huracán.

Cúbreles el rostro de ignominia,
para que te busquen a ti, Señor;

abrumados de vergüenza para siempre,
perezcan derrotados;

y reconozcan que te llamas Señor,
que tú eres el Soberano de toda la tierra.

Para el rezo cristiano

Comentario exegético

De los Santos Padres

Catequesis de Juan Pablo II

Catequesis de Benedicto XVI

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