Hola, me han pedido que escriba una carta para que te llegue. No sé quién eres y tú tampoco sabes quién soy.
Me voy a presentar: Me llamo Rosario.
Soy alguien que le gustaría visitarte y poder mirarte a los ojos mientras aprieto tu mano, pero ya sabes, no podemos hacerlo.
Podría hablarte de Dios, pero no sé tus creencias aunque permíteme que ore por ti y por todos tus compañeros que están en ese hospital y en otros.
Como no podemos vernos, voy a intentar verte con mi imaginación. Estarás entre sábanas blancas y dentro de esos camisones de diseño hospitalario. Tendrás algún que otro elemento que te está ayudando a respirar, o, como deseo, ya te los han quitado y puedes levantarte y dar unos pasos.
Yo quiero que tú sanes y que te reúnas con tus seres queridos y amigos, que recuperes tu vida, y no lo dudes, lo vas a conseguir. Sé que lo sabes, estás rodeado de personas que están luchando para ayudarte y saben lo que hacen.
No quiero ponerme a decirte cuánto siento que estés en esta situación y que lo siento mucho, eso en este momento sé que no te sirve. Lo que creo necesitas es saber que aquí fuera se te espera pues aún tienes cosas que hacer, visitas que realizar, libros que leer, siestas por hacer, y, amores que declarar.
Si tienes alguna ventana cerca, ese mismo paisaje de calles desiertas y sin circulación es el mismo que vemos nosotros desde nuestras casas. ¿Sabes? En todas las circunstancias, hay que buscar un lado positivo y si miras y oyes, te das cuenta del canto de los pájaros, que se estarán preguntando: -¿Dónde están los humanos?.
Los humanos, hemos tenido que parar nuestras actividades porque hay un elemento pequeñísimo que no lo vemos, que nos ha hecho parar.
En este confinamiento pienso en lo que se deja de hacer porque la vida nos hace priorizar tareas que ahora con este parón, vemos que podríamos haber relegado.
Como tienes tiempo ahora, puedes organizar mentalmente una lista de tareas que cuando estés en casa vas hacer, como por ejemplo esa caja de fotos que cada vez que la abres empiezas a mirarles y recuerdas el momento que se hicieron y así pasa el rato, y vuelves a metarlas en la caja.
O, si tienes libros y eres lector ponerlos en la estantería por temáticas o autores, lo mismo si tienes discos, o comic, o cd, lo que tengas que por el uso están desordenados. También puede ser ropa o armarios. Eso que dejamos, que como dice mi madre: -"No pide pan".
Dirás qué fácil es dar consejos desde fuera. Si, tienes razón, pero sólo te digo lo que a mí me funciona.
Me imagino tu dolor y miedo ante esta enfermedad pero si estás leyendo esta carta es señal de que vas mejorando y que pronto podrás (si lo quieres), organizar fotos, libros, discos, armarios, desayunos, comidas, cenas, abrazos, besos y amores.
No lo dudes, te está esperado todo esto y todos nosotros.
¡ÁNIMO Y ADELANTE!