El libro de Ester no es historia, es literatura, de un género muy definido: "narración edificante", es decir, una fantasía histórica, con los rasgos humanos muy marcados (el malo es malo malísimo, el bueno es bueno buenísimo), con pocos matices psicológicos, propio de una epoca en que el judaísmo estaba formando su fuerte sentido de identidad nacional y casi racial, en el siglo II a.C.
Sin duda que la literatura le habla a la inteligencia pero también al "gusto personal", y en nuestra época es poco probable que nos sintamos atraidos por una narración así.
El "mensaje religioso" se abre paso de todos modos: la providencia divina que cuida de su pueblo valiéndose incluso de alguien como Ester, que descubre recién en la situación de crisis el sentido de por qué Dios (al que no se nombra nunca en la narración, en la versión hebrea!) la había llevado hasta allí (ver Est 4,13-14).
Tenemos que aceptar que la revelación ocurre en la historia, ¡eso es parte de su grandeza! y eso implica que hay momentos de la Biblia que han servido para avanzar en esa revelación, pero ya no nos dicen, aisladamente, nada.
Secundariamente, el libro quedó relacionado con la fiesta de los Purim (o "suertes") como fiesta de liberación (Est 9,26).
El libro se conservó en dos variantes, la hebrea, más breve y esquemática, y la griega, con más matices y desarrollo. Nosotros consideramos que la que integra la Biblia es la griega, pero puedes ver en la numeración de versículos que los fragmentos griegos son tratados como "adiciones".
El cuaderno bíblico Verbo Divino número 190 está dedicado a la lectura y analisis del libro de Ester y, como siempre en esa colección, con gran competencia. Puedes encontrarlo en el web de la editorial.