Gracias Señor por el año nuevo que me has concedido, por ese tiempo de más en el que confías que llegue a ser santo, un santo del siglo XXI. En palabras del Papa Benedicto XVI: "A la humanidad, que ya no tiene tiempo para Él, Dios le ofrece otro tiempo para volver a encontrar el sentido de la esperanza".
Me regalas un tiempo para que confíe más en tu Providencia y no tanto en asegurar mi porvenir. Un tiempo por el que te ilusionas por ver si hago realidad mis propósitos, un tiempo en el que te hable más de amores y menos de perdones, para que no aplace en dar lo que me das, y para que evangelice sin rubor. "No he de morir, viviré para anunciar las grandes obras del Señor".
Señor: recibo este año nuevo como un don más de los muchos que me das. Lo pongo en tus manos y no es que no quiera invertirlo y sacar fruto, sino para que sean tus proyectos los que se cumplan en él, deseo dejar ese tiempo en blanco para que Tú escribas en él tu voluntad, para que lo trasformes en sal o luz. Si dejas algo que yo haga, es para que los demás vean el amor del Padre y le den gloria. Que te sirva Señor, y Tú elige la forma.
Señor: quiero darte gracias por los dones que me das pero por encima de todos lo hago por amarme y por dejar que tu criatura te ame. Que no te importe convivir con mi egoísmo, que te preocupe lo que pienso, lo que me alegra o me entristece. Gracias por no cansarte en perdonarme, por mis fracasos, por las noches oscuras, por los momentos de Calvario en los que te siento lejano. Gracias por seguir amándome por lo que soy y no por lo que te pueda dar.
Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar
Pienso Señor, que si has prolongado mi vida es porque has pensado en mí para cumplir tus deseos, para que llegues a quien buscas y te necesita, para que te lleve donde yo vaya. Me das un año nuevo porque confías en que puedo serte útil, que puedo ser tu beso, tu abrazo y tu perdón para otros. Para que cambie el desconsuelo en esperanza, que cuando perdone vean que Tú eres misericordioso. Para hacerte compañía ante el sagrario y reparar las ofensas que recibes.
San José, esposo de Maria, al finalizar el año a ti dedicado, ruega por los adoradores y concédenos la gracia de estar ante el Señor con la fe y el amor que tú lo hiciste.
Sea por siempre bendito y alabado