Santa María desatadora de nudos
Santa María, llena de la presencia de Dios,
durante los días de tu vida aceptaste con
toda humildad la voluntad del Padre,
y el Maligno nunca fue capaz de enredarte con
sus confusiones.
Ya junto a tu Hijo
intercediste por nuestras dificultades y,
con toda sencillez y paciencia,
nos diste ejemplo de cómo desenredar
la madeja de nuestras vidas.
Y al quedarte para siempre como
Madre Nuestra, pones en orden y haces mas
claros los lazos que nos unen al Señor.
Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra,
Tú que con corazón materno desatas los
nudos que entorpecen nuestra vida,
te pedimos que nos recibas en tus manos
y que nos libres de las ataduras y confusiones
con que nos hostiga el que es nuestro enemigo.
Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo,
líbranos de todo mal, Señora Nuestra
y desata los nudos, que impiden nos unamos a Dios,
para que libres de toda confusión y error,
lo hallemos en todas las cosas,
tengamos en El puestos nuestros corazones
y podamos servirle siempre en nuestros hermanos.
Amén
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La devoción a la Virgen Desatanudos es muy reciente en Argentina, pero su propagación es intensa. Nació oficialmente el 8 de diciembre de 1996, cuando se constituyó en Buenos Aires el Santuario de Nuestra Señora que Desata los Nudos, en la parroquia San José del Talar.
Los orígenes alemanes y la "vía Bergoglio"
Allí se colgó un cuadro con esa advocación mariana, réplica del que había encontrado en Alemania el jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio. En 1986 el hoy Papa Francisco se había trasladado a la universidad jesuita de San Jorge, en Frankfurt, para concluir su tesis doctoral sobre Romano Guardini. En un momento de su estancia germana, visitó la iglesia de St Peter am Perlach, en Augsburgo, cuyo principal tesoro es un cuadro de Johann Melchior Georg Schmittdner (1625-1705), pintado en 1699-1700 en estilo veneciano y con influencia barroca, que representa una advocación de la Inmaculada Concepción bajo el título de Knotenlöserin [la que desata los nudos {Knot}].
En ese cuadro se representa a la Virgen con una cuerda en las manos, llena de nudos representando los pecados. Unos ángeles se la van pasando y ella los desata. La imagen, bella y original, presenta a María como la vía segura para eliminar todos los obstáculos que nos impiden la vida de la gracia. Pero también aquellas preocupaciones y dolores que jalonan la vida y ante los cuales todo hijo acude a pedir ayuda a su madre.
Algo vio el padre Bergoglio en aquella imagen, o algún favor le hizo, que le tomó gran devoción. Cuando volvió a su país decidió promoverla, en particular tras ser nombrado en 1992 obispo auxiliar de Buenos Aires.
¿Por qué en San José del Talar?
En septiembre de 1996, a escasos meses de su nombramiento como cura de la iglesia de San José del Talar, el P. Rodolfo Arroyo recibió la visita de tres fieles devotos de la Virgen que habían trabajado cerca de monseñor Bergoglio, y le comentaron que en la capilla del Rectorado de la Universidad del Salvador se veneraba un cuadro de María Desatanudos. El párroco se sintió atraído por la imagen e inmediatamente pensó en la posibilidad de venerarla públicamente en su parroquia.
Cuando el arzobispo de Buenos Aires, Antonio Quarraccino, dio su aprobación, la comunidad de San José del Talar se organizó para que el 8 de diciembre de 1996 fuera entronizada la imagen. Ana Betta de Berti fue la artista que pintó y donó el cuadro.
Muchas veces acudió allí monseñor Bergoglio, auxiliar y adjunto de la diócesis hasta que en 1998 fue nombrado su arzobispo al fallecer el cardenal Quarraccino. Por ejemplo, el 8 de diciembre de 2011, cuando ofició misa y explicó en la homilía el sentido de la devoción: “Dios, que derrocha su gracia para sus hijos, quiere que nos confiemos a Ella, que le confiemos los nudos de nuestros pecados para que ella se los acerque a su hijo Jesús”.
Los 8 de diciembre, para agradecer o para pedir por todo tipo de cuestiones difíciles y "anudadas" -también la solución de conflictos matrimoniales, origen de la devoción en Alemania-, miles de personas aguardan durante horas para tocar el cuadro. La Virgen Desatanudos es ya, junto con Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina, una de las devociones más queridas de Buenos Aires.
Extractado de un artículo de Libertad Digital. También se encontrará aquí más material acerca de esta devoción