Señora y Madre: tu estabas serena y fuerte junto a la cruz de Jesús. Ofrecías tu Hijo al Padre para la redención del mundo.
Lo perdías, en cierto sentido, porque El tenía que estar en las cosas del Padre, pero lo ganabas porque se convertía en Redentor del mundo, en el Amigo que da la vida por sus amigos.
María, ¡qué hermoso es escuchar desde la cruz las palabras de Jesús: "Ahí tienes a tu hijo", "ahí tienes a tu Madre".
Quiero recibirte en mi casa como Juan.
Quiero llevarte siempre conmigo,
en mi casa de piedra,
y en la casa de mi corazón,
donde habita la Santísima Trinidad. Amén.
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Por dos veces durante el año, la Iglesia de occidente conmemora los dolores de la Santísima Virgen María: el viernes de la semana de Pasión, llamado Viernes de Dolores, y también en el día de hoy, 15 de septiembre. La primera de estas conmemoraciones es la más antigua, puesto que se instituyó en Colonia y otras partes de Europa en el siglo XV. Por entonces, se la llamaba Memoria de los Sufrimientos y Penas de la Santísima Virgen María y se dedicaba especialmente a los sufrimientos de Nuestra Señora en el curso de la Pasión de su divino Hijo.
En la Edad Media había una devoción popular por los cinco gozos de María y, por la misma época se complementó esa devoción con otra fiesta en honor de sus cinco dolores, durante la Pasión. Más adelante, las penas de la Virgen se aumentaron a siete y no sólo comprendieron su marcha hacia el Calvario, sino su vida entera. A los frailes servitas, que desde su fundación tuvieron particular devoción por los sufrimientos de María, se les autorizó en 1668 para que celebraran una festividad en memoria de los Siete Dolores, el tercer domingo de septiembre. Esta festividad se implantó también en la Iglesia occidental en 1814. Durante largo tiempo, estos misterios se enumeraron de distinta manera, pero a partir de la composición del oficio litúrgico, se establecieron como sigue:
-La profecía de San Simeón. «Había un hombre llamado Simeón que era justo y piadoso; y le dijo a María: Una espada de dolor traspasará tu alma.»
-La Huída a Egipto. «Levántate, toma al Niño y a su Madre, huye hacia Egipto y quédate allí hasta que yo te lo diga.»
-El Niño Jesús perdido durante tres días. «Hijo, ¿por qué has hecho esto con nosotros? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.»
-La dolorosa marcha hacia el Calvario. «Él avanzó cargado con la cruz. Y le seguía una gran multitud del pueblo y una mujer que lloraba y se lamentaba por Él.»
-La Crucifixión. «Y cuando llegaron al lugar que se llama Calvario, lo crucificaron allí. A los pies de la cruz de Jesús estaba su Madre."
-El descendimiento de la cruz. «José de Arimatea pidió el cuerpo de Jesús. Y al bajarlo de la cruz, lo depositó en los brazos de su Madre.»
-La Sepultura. «¡Qué gran tristeza pesaba sobre tu corazón, Madre de los dolores, cuando José lo envolvió en lienzos finos y lo dejó en el sepulcro.»
Tomado del artículo sobre la historia de esta celebración en el Santoral de ETF
En los Caminos de oración puede rezarse la Corona de los siete dolores de la Virgen
La imagen es de Nuestra Señora de los Dolores de Arjona, en Jaén, spaña, tomada del blog Jaén desde mi atalaya