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El Testigo Fiel
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¿Qué es la Biblia?

por Lic. Abel Della Costa
Nació en Buenos Aires en 1963. Realizó la licenciatura en teología en Buenos Aires, y completó la especialización en Biblia en Valencia.
Desde 1988 hasta 2003 fue profesor de Antropología Teológica y Antropología Filosófica en en la Universidad Católica Argentina, Facultad de Ciencias Sociales.
En esos mismos años dictó cursos de Biblia en seminarios de teología para laicos, especialmente en el de Nuestra Señora de Guadalupe, de Buenos Aires.
En 2003 fundó el portal El Testigo Fiel.
3 de agosto de 2014
¿Puede la Biblia ser «de Dios»? ¿cómo debemos entender esa afirmación? ¿qué papel tienen los hombres en su escritura?

 

Recién paseaba por sitios web y me encontré con esta definición: «La Biblia es la Palabra de Dios, escrita por el mismo Dios a través de la pluma de los hagiógrafos.» He tratado de averiguar de quién es la frase, la he puesto en el buscador, pero me encontré con que muchísimos sitios católicos la repiten en diferentes artículos, cada uno firmado por un autor distinto, o sin firma, así que parece que es de todos, o de nadie.

Pero lo fundamental no es que sea anónima, sino que lamentablemente es una definición falsa, que no se corresponde ni con la Biblia tal como se nos presenta, ni con lo que la Iglesia dice de la Biblia. Y más aun, es nociva, porque nos presenta a la Biblia bajo una luz que hace lógico que el que quiere acercarse a ella termine dudando del propio Dios.

Decir que la Biblia está escrita por Dios y la tarea de los hombres fue servirle a Dios solamente de "pluma" para que apareciera escrita en lenguaje humano, hace que dudemos de la cordura del propio Dios cuando vamos a ella y vemos que:

-La imagen de Dios no es constante, sino que a veces Dios parece de una manera, otras de otra; a veces parece un hombre, pero más poderoso (un superhombre), a veces se dibuja una sublime trascendencia; a veces se muestra humano, desconfiado, testarudo, irascible, declara no saber cosas (por lo que tiene que "bajar a averiguar lo que ocurre"), a veces declara saberlo todo y conocer incluso los pensamientos antes de que hayan sido pensados.

-La moralidad de las acciones que realizan los personajes (me refiero en especial a los "buenos") deja bastante que desear, y la propia Biblia no parece molestarle esas dudosas actuaciones, como los engaños de Jacob, o la crueldad de Elías con los falsos profetas, para tomar sólo dos de los muchos ejemplos.

-Esta llena de afirmaciones históricas, geográficas, en fin, "fácticas", que luego no pueden avalarse con el conocimiento humano, como la creación en siete días, todas las especies vivientes en un arca de madera de apenas 150 metros de largo (y de paso, Dios que "cierra la puerta del arca..."), el sol y la luna que se detienen en el cielo para esperar el resultado de una batalla, burras que hablan, gente que sobrevive tres días en el vientre de una ballena sin que la digestión de la ballena le afecte... 

 

En fin, afirmaciones que se pueden entender perfectamente si son símbolos, metáforas, o algo así, pero que no parece que pudieran ser admisibles si es el propio Dios el que las está escribiendo, con la vista puesta en que no la va a leer sólo la gente a la que él les entregó su libro, sino gente de muchos siglos después, que ya sabe que el sol "no sale ni se pone" (y por tanto no se puede detener en el cielo), que la historia del origen de las cosas es mucho más compleja y variada que la narrada en los seis días, etc. Y ni que hablar que tenemos una idea bastante más desarrollada de Dios, idea que nos lo hace concebirlo incompatible con esas "guerras santas", masacres, engaños, traiciones, etc. con la que aparece frecuente mezclado y como avalándolas.

 

No, la Biblia no es «la Palabra de Dios, escrita por el mismo Dios a través de la pluma de los hagiógrafos». Si la Biblia es eso, tienen toda la razón los que la rechazan, porque es rechazable. Esa no es una definición que surja de la lectura de la Biblia, ni siquiera es una definición en la que, sea quien sea que la formuló, se haya detenido a preguntarse qué afirma la Iglesia sobre la Biblia. No es válida ni siquiera como definición sintética y popular, porque es falsa y errada.

Aunque es verdad que en el magisterio de la Iglesia más antiguo se puede encontrar la metáfora del escritor bíblico como "pluma de Dios", "flauta de Dios", "secretario de Dios" y similares, la Iglesia hace rato que desechó ese lenguaje, porque no se corresponde con lo que sabemos de la Biblia, de su origen, de su desarrollo, y de su posición en el conjunto de la fe de la Iglesia. No me interesa cuántos sitios católicos traen esa definición: esa definición no es una definición católica de la Biblia.

 

¿Y entonces qué es la Biblia?

La Biblia es la palabra de Dios, escrita en lenguaje humano, por hombres inspirados por Dios, que escribieron usando cada uno de ellos sus propias facultades y capacidades, como verdaderos autores humanos, no como "plumas", ni "flautas", ni "escritorios" ni nada por el estilo. Eso afirma la Iglesia en varios documentos, el más importante, la Constitución «Dei Verbum» en su famoso número 11.

Que ellos usaron sus propias facultades y capacidades hace que la Biblia esté profundamente enraizada en el tiempo y el lenguaje en el que nació. Muy distinto del tiempo y el lenguaje nuestros. La Biblia no fue escrita atemporalmente, para que cada generación vaya a ella y encuentre, sin ninguna mediación, la palabra misma de Dios, sino que fue escrita bajo mediaciones, lo que hace que no podamos leera sin atravesar capas de mediaciones. 

Fue escrita en un tiempo concreto de la historia, a lo largo de unos 1000 años, y habla en primer lugar al tiempo y los hombres para los que fue escrita. Como es la palabra de Dios, vale también para nosotros, pero a condición de que al recibirla la "reescribamos", es decir, penetremos en lo que los escritores sagrados quisieron realmente decir (que no siempre coincide con lo que parecen decir), y llevemos eso que realmente dice (y que es la intención comunicante del propio Dios) a nuestro lenguaje, y lo proclamemos a nuestra época.

 

Si reescribiéramos la Biblia en nuestra época y tiráramos la que hemos recibido, nos quedaríamos sin palabra fundante, sin el disparador de nuestra comprensión. Posiblemente la Biblia surgida de nosotros sería válida en nuestra generación, pero desaparecería para la siguiente. Mientras que si recibimos la Biblia tal cual está escrita y no la "reescribimos", no llegamos realmente a la palabra de Dios en ella, llegamos solo a las "facultades y capacidades" de los escritores humanos.

Lo que aquí he llamado "reescribir" es en realidad "interpretar". La Biblia jamás nos da la palabra de Dios en estado puro, debo interpretar. Interpretar es penetrar en el significado de los textos para llegar a la "intención comunicante", a lo que el texto realmente quiere decir: eso es lo primordialmente divino de la palabra bíblica.

 

Por ejemplo: el primer texto que hay en la Biblia es un poema, el poema de la creación (Génesis 1): en él el poeta canta el surgimiento de la armonía de este mundo, de la mano de la palabra divina; Dios va nombrando las cosas, y las cosas van ocupando su espacio y posición en un universo hecho en belleza y unidad; y coronándolo todo, el "representante de Dios en este mundo", la pareja humana, hecha a la vez en unidad y diversidad, y que refleja, en su misteriosa complementariedad, el propio ser divino, que hasta habla en plural ("hagamos al ser humano a nuestra imagen"), para dejar sentado que esa pluralidad de seres humanos es una riqueza, no una pobreza, un exceso de ser, no un defecto.

Para contar ese universo, el autor humano (sublime poeta, además de hombre de Dios), echa mano de lo que sabe del mundo, tal como lo sabe él en su época. Incluso se permite el guiño de "tomarle el pelo" a los poemas de la creación que había conocido en Babilonia, cuando unos pocos años antes había estado exiliado, así que a la divinidad creadora marina del poema babilónico el poeta la convierte en un caos acuoso oscuro y confuso, y a los monstruos marinos que aterraban a la creación en la cosmogonía babilónica, el poeta los dibuja como seres que retozan por voluntad del propio Dios para adornar el mundo.

La obra lleva una marcha de siete días, donde el último es de descanso, incluso para Dios, porque el israelita al que el poeta se dirige trabaja seis días, y cada siete descansa y alaba a Dios, y el poeta desea que su lector sepa que eso, que parecía tan original y poco acostumbrado en el mundo del momento (la semana septenaria y su descanso no era universal en la antigüedad), es algo que Dios aprecia de manera especial, es un signo distintivo de la elección de Israel como pueblo de Dios: está inscrito en la propia realidad profunda del mundo.

¿Cuál es la intención del poeta al escribir? Lo descubrimos analizando cuidadosamente su obra. Puede sintetizarse muy bien con las palabras del papa Juan Pablo II en una de sus catequesis:

«[Génesis 1] afirma la total dependencia del mundo visible de Dios, que en cuanto Creador tiene pleno poder sobre toda criatura, por otra parte pone de relieve el valor de todas las criaturas a los ojos de Dios.» (Catequesis de los miércoles, 29 de enero de 1986, n. 4)

Esa que es la intención del poeta al escribir es al mismo tiempo, por la correspondencia que afirma la fe, la intención de Dios al revelar: eso es lo que Dios quiere comunicarnos en el poema de la creación. Eso, y no el "dato" (que no es tal) de los siete días, y no el "dato" (que no es tal) de que las realidades naturales aparecieron enteras de un día para otro, no el "dato" (que no es tal) de que la tierra está en el centro del universo, etc.

¿Y entonces todo eso qué es? ¿ropaje? No. No ropaje sino expresión, que no es exactamente lo mismo. Todo escrito tiene dos caras: comunicación y expresión. Algo se dice (comunicación) y se dice de cierta manera (expresión). Lo que se comunica se comunica como poema, o como prosa, como drama o como crónica, como fábula o como parábola, etc. No existe una comunicación desnuda, la comunicación siempre se cuenta de una manera o de otra.

 

Me como la fruta, ¿qué hago con la cáscara?

Daría la impresión de que una vez que he hallado el núcleo de lo comunicado en un texto de la Biblia, puedo descartar su expresión, que a lo sumo puedo admirar como la obra de un poeta genial, o de un narrador consumado, que no es "de Dios", ya que Dios sólo se dedica a la "intención del texto". Nuestra civilización occidental es muy afecta a querer desprenderse enseguida de las "cáscaras" y quedarse con "lo esencial", a rechazar "la forma", para quedarse con "el fondo", o a descartar "el texto", para quedarse con "el mensaje".

Aunque hasta aquí he hablado simplificando, no es del todo correcto identificar la intención de Dios al revelar con "el mensaje" del texto. Dios es autor de todo, no sólo del mensaje. La inspiración de la Biblia, tal cual la entendemos en el catolicismo dice que 

«Lo revelado por Dios, que se contiene y manifiesta en la Sagrada Escritura, fue consignado por inspiración del Espíritu Santo. La santa Madre Iglesia, conforme a la fe apostólica, tiene por santos y canónicos todos los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, con todas sus partes, puesto que, escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor, y como tales le han sido entregados a la propia Iglesia. Pero en la realización de los libros sagrados, Dios eligió a unos hombres, a quienes recurrió utilizando ellos sus propias facultades y capacidades, de modo que, obrando él en ellos y por ellos, transmitieron como verdaderos autores, todo y sólo lo que él quería.» (Concilio Vaticano II, Dei Verbum 11)

-¡Ah, pero entonces tenía razón la criticada frase inicial: Dios es autor de todo!

¡Claro que sí! lo que es incorrecto en la frase inicial no es que afirme que Dios es autor de la Biblia, sino que niega que el hombre lo sea (porque una "pluma", un "cálamo", un "escritorio", incluso un "secretario", no es un autor: mi ordenador no es autor conmigo de este artículo, ni escribe usando sus propias facultades y capacidades).

Dios es autor de toda la Biblia, no sólo de su comunicación. El hombre es autor de toda la Biblia, no sólo de su expresión. Expresión y comunicación son dos caras de exactamente lo mismo, el texto, por tanto, si quitamos la expresión, ya no tenemos comunicación. 

Y entonces, ¿en qué sentido podemos decir que Dios es autor no sólo de la comunicación, de las "verdades reveladas" en textos bíblicos como los que instan a la guerra santa o al degollamiento del enemigo, sino que es autor de los propios textos que hablan de eso?

Este es posiblemente el más sublime y misterioso sentido de la Biblia como palabra de Dios: Dios asume el camino del hombre hacia Dios, con todas las piedras de ese camino, y todas las torceduras del caminar. En época de Elías se degollaba sin más al enemigo. Pues bien: Dios se revela como «Uno», como el Único Dios Verdadero, en 1Reyes 18, y ocurre en ese contexto una reacción humana y religiosa admisible en los criterios morales y religiosos de la época e inadmisible para nosotros: el degollamiento de los falsos profetas. Al leerlo debemos ser capaces de encontrar lo revelado (la comunicación: el Dios Uno), pero también debemos ser capaces de encontrar en él un retrato de ese hombre que nosotros mismos somos, también nosotros seríamos capaces de degollar al enemigo, si no hubiéramos recorrido un camino de revelación que nos enseña que el enemigo es también destinatario de nuestro amor, y es además destinatario privilegiado ("Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Pues también los pecadores aman a los que les aman.", Lc 6,32). Así que el mismo texto que me comunicó la Unidad de Dios, me revela también algo sobre mí mismo, muestra al hombre "lleno de celo" por la verdad de Dios, pero un celo que no ha sido aun redimido ni encauzado por Dios. De paso, y como parte de lo revelado en el texto, puedo confrontar la verdad de Dios con el "celo" de los hombres de Dios en cada época, y llegar a una autocrítica de nuestra propia manera de presentar a Dios. Esa autocrítica es también cosa de Dios, cosa que Dios me enseña en diálogo con ese texto.

La Biblia, en su entramado histórico, es también revelatoria: no sólo enseña "las verdades de Dios", también enseña que Dios se toma en serio la historicidad del hombre, que "tiene paciencia" con el hombre, que se muestra y revela al hombre en el estado y condición que el hombre está en cada época. No espera a que el hombre sea perfecto para manifestarse todo lo posible en él, sino que en el medio de las imperfecciones del hombre, de las piedras y torceduras del caminar (para volver a la misma metáfora), en la "semiverdad" que es siempre la expresión humana, Dios ya está actuando y hablando.

 

Algunas conclusiones

Reflexionando sobre lo dicho al principio, nos damos cuenta que es tarea de cada generación interpretar/reescribir la Biblia, pero que la Biblia escrita en el pasado, no puede ni debe tirarse, porque cuando interpretamos llegamos a la comunicación, pero Dios está en toda la Biblia, en su comunicación, y en lo histórico de su expresión.

Una consecuencia práctica que debemos sacar de la conciencia de que la Biblia es palabra por entero de Dios y por entero del hombre (que es la conciencia católica de la Biblia), es que no puede leerse como si fuera una comunicación telegráfica venida directamente de la divinidad a cada lector: eso no es la Biblia. Siempre debemos conversar lo leído, siempre debemos sumergirnos en el contexto de la interpretación, que es contexto de comunidad, de Iglesia; siempre debemos estar atentos a los nuevos estudios que se van haciendo sobre la Biblia, porque ellos nos muestran costados que se pasan por alto a simple vista. Siempre debemos estar atentos al modo como la Iglesia ora con la Biblia, cómo dispone los textos en la liturgia, por ejemplo, cómo los retoman los pastores al explicar temas... eso es de orientación acerca de lo que la Iglesia explica de la Biblia. Siempre debemos confrontar el saber humano de los autores bíblicos con el saber humano de nuestra época, porque ellos eran hombres de su tiempo, y desde su tiempo a los nuestros han pasado entre 3000 y 2000 años: algo se ha avanzado en el conocimiento del mundo, ¡valorar eso es una actitud profundamente bíblica!

A veces la gente pregunta "¿qué quiere decir tal texto para la Iglesia?", no, los textos no quieren decir una cosa que se pudiera sintetizar en un manual: los textos son disparadores de una lectura, de un diálogo, de una oración, de una discusión, de una profundización.

Deberíamos desterrar esa horrible costumbre de citar la Biblia a frases sueltas, y sobre todo de atacar a los demás con frases bíblicas sacadas de todo contexto: el contexto de la Biblia es ella toda entera, pero el contexto es también la vida entera de la comunidad creyente. No hay Iglesia sin Biblia, ni tampoco hay Biblia sin Iglesia. Una frase suelta, una cita aislada (sobre todo si se usa como látigo para castigar al vecino), no es bíblica, aunque lo parezca, porque Dios no dictó un puñado de frases sueltas, sino que dialogó todo él con todo el hombre.

Comentarios
por remmar68 (190.143.3.---) - domingo , 3-ago-2014, 6:31:07

Excelente estilo. Me gusta!

por Jorge Heredia (i) (108.21.49.---) - lunes , 4-ago-2014, 2:49:43

Muy bueno Abel, gracias!

por Maite (88.21.112.---) - viernes , 8-ago-2014, 7:10:10

Más que bueno, insuperable, me ha valido de mucho

Gracias, tú también has sido, "pluma"

por MANUEL LEÓN FERNÁNDEZ (i) (87.217.160.---) - lunes , 18-ago-2014, 11:08:56

Algo no me cuadra, y es la hipótesis del “poeta” postexílico que se puso a escribir el relato de la creación, retocando y mejorando los contenidos de la mitología babilónica. Claro que esa no es más que una forma de interpretar, la preferente de nuestro articulista, Abel Della Costa.
Otro, con igual arbitrariedad y fundamento podría decir al albur de su particular antojo, que el autor de Génesis fue una especie de “hidalgo” semita, de época muy remota, que dio suelta a los vuelos de su prolífica y fértil imaginación, y le salió esa variopinta y polícroma fantasía, porque de no ser así, según nuestro articulista la Biblia estaría equivocada y Dios en total desacuerdo con lo escrito por los siervos que Él escogió e inspiró.
Si se niega la autenticidad de la Creación tal cual se nos revela en Génesis, me pregunto: ¿Cuántas interpretaciones similares o dispares a la de Sr. Della Costa, se podrían dar al relato bíblico, a cuantos autores se podría atribuir el relato, y cuantas dataciones se le podrían poner?
¿Creemos que nuestras capacidades nos capacitan como para poder enmendar la plana a aquel al que solemos llamar: «Maestro, y Señor»? (Jn.13:13). Porque evidentemente, Jesucristo nuestro Señor, atribuyo la autoría del Pentateuco (Génesis incluido) a Moisés, dándole su aval incondicinal:
«No penséis que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, PORQUE DE MÍ ESCRIBIÓ ÉL. Pero si no CREÉIS A SUS ESCRITOS, ¿cómo creeréis a mis palabras?» Jn.5:45-47
«Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.» Lc.24:27.
Lc.24:44; «Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo LO QUE ESTÁ ESCRITO DE MÍ EN LA LEY DE MOISÉS, en los profetas y en los salmos.» Cf. Mt.8:4; Mr.12:26; Lc.16:29, 31; 20:28; Jn.1:45; Hch.28:23; 2Co.3:15.
Me quedo con la autorizada Palabra de Jesucristo, antes citada, y con la prueba infalible de verificación que Él mismo propuso:
« Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.» Jn.7:16-17
También me valen las que siguen del Apóstol San Pablo:
«Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.» Col.2:8, Cf. 1Co.2:5.

por Abel (81.203.151.---) - lunes , 18-ago-2014, 11:54:12

¿Será un chiste?

por Alex (79.155.130.---) - miércoles , 20-ago-2014, 3:04:00

No, Abel no me parece un chiste, tan solo es una prueba de la diferencia entre contenido/mensaje expresión, que comentaste.

Este es un articulo teológico, escrito en un leguaje que es propio a tal ciencia aunque con un muy apreciable esfuerzo por acercarlo y compartirlo en un lenguaje mas accesible, y aunque algunas expresiones/datos fácticos pueden resultar chocantes a no teólogos, el contenido es claro y te cito:

Abel:

"los textos no quieren decir una cosa que se pudiera sintetizar en un manual: los textos son disparadores de una lectura, de un diálogo, de una oración, de una discusión, de una profundización.

Deberíamos desterrar esa horrible costumbre de citar la Biblia a frases sueltas, y sobre todo de atacar a los demás con frases bíblicas sacadas de todo contexto: el contexto de la Biblia es ella toda entera, pero el contexto es también la vida entera de la comunidad creyente. No hay Iglesia sin Biblia, ni tampoco hay Biblia sin Iglesia. Una frase suelta, una cita aislada (sobre todo si se usa como látigo para castigar al vecino), no es bíblica, aunque lo parezca, porque Dios no dictó un puñado de frases sueltas, sino que dialogó todo él con todo el hombre."

Pues eso, saludos :)

por MANUEL LEÓN FERNÁNDEZ (i) (87.217.160.---) - lunes , 25-ago-2014, 10:22:09

¿Tan difícil es explicar el supuesto chiste?, al punto de tan solo dar como respuesta la lacónica pregunta, “¿Será un chiste?”

Solo decirle que no me ofende ni me lastima su “latigazo”… ¿Será un chiste? Simplemente me arrancó una sonrisa similar a la de la Gioconda, ¿agridulce? (triste/alegre), solo eso, aunque no renuncio a responder.

Está bien que para empezar su defensa a favor del Sr. Abel, Ud. Sr. Alex, apele al estilo de altos vuelos teológicos usado por su defendido, el del Sr. Abel, en el intento, muy esforzado por cierto, por parte de él, “por acercarlo y compartirlo en lenguaje más accesible, y aunque algunas expresiones/datos pueden resultar chocantes a no teólogos, el contenido es claro y te cito:”

Lamento que mi estilo sea vulgarizante, no tengo otro, pero cuyo factor, entiendo, facilitaría muy mucho la respuesta de un teólogo consumado a su “oponente”. La verdad que no esperaba tan sumaria respuesta.


"INSPIRACIÓN VERBAL DE DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS

"Inspiración verbal" es una frase conveniente para expresar la creencia constante de la Iglesia de Cristo en que las palabras de la Biblia fueron puestas allí con la voluntad y la intención del Espíritu de Dios. Esto quiere decir que de algún modo (cual, ningún hombre puede decirlo), el Espíritu de Dios llenó y así guió al espíritu del hombre, que cada palabra fue colocada sobre la página del texto sagrado con un propósito divino." J. URQUHART. (Sociedad Biblica Trinitaria)

Por si le inspira mayor confianza citaré una fuente Católica:

“…A esta dificultad de índole histórico-literaria, inherente a todo libro antiguo, y máxime si es oriental, se une otra de índole teológica. La Biblia es el único libro de la humanidad que tiene dos autores a la vez, uno divino y otro humano. Según la doctrina de la Iglesia el autor humano no es sino instrumento — vivo y libre — del Espíritu Santo, en tal forma que el hagiógrafo escribe y redacta bajo la inspiración del Espíritu Santo1. La intervención del Autor divino no es una mera asistencia negativa, sino formal y positiva, excitando y moviendo a poner por escrito lo que Él quería, lo que a su vez supone influencia positiva en la inteligencia para que los hagiógrafos "concibieran exactamente y escribieran fielmente, expresándolo con verdad infalible." Sólo así el Espíritu Santo puede llamarse Autor de la Sagrada Escritura2.” Por Alberto Colunga. O.P. “Biblia Comentada, Tomo I, Prólogo, pág. xii, Editado en 1960.


Lógicamente, y de no ser así, NO PODRÍA SER LA PALABRA VIVA Y ETERNA, DEL DIOS ETERNO, VIVO Y VERDADERO. (Is.40:8; Mt.24:25; 1Pd.1:25)

Efectivamente, los autores humanos escribieron según su propia idiosincracia, cultura y contexto personal e histórico. San Lucas, cual médico que era, refleja su estilo culto de escribir en sus dos tratados, su Evangelio y el libro de los Hechos. Caso distinto es el del Profeta Amós, quien cual boyero que era escribió como sabía, pero ambos, con su lenguaje y cultura escribieron lo que el Espíritu Santo les guió a escribir, y sin violentarles, escribieron lo que el Espíritu les inspiró.

2Ti 3:16-17 «Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.»

2Pd. 1:20-21 «entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, [cual algunos teólogos se atreven a hacer] porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.»


En cuanto a la valoración que hace el Sr. Alex sobre mi anterior breve opinión, citando sus palabras, es:

"Una frase suelta, una cita aislada (sobre todo si se usa como látigo para castigar al vecino), no es bíblica, aunque lo parezca, porque Dios no dictó un puñado de frases sueltas, sino que dialogó todo él con todo el hombre".

Esta es la evidencia de cuan fácilmente se puede errar en la interpretación de un texto, sea humano o sagrado, y cuan fácil puede ser asumido por los admiradores incondicionales, ya que en el pensamiento de un servidor no estaba la intención de lacerar al “vecino” citando las Escrituras. Otra cosa es que las mismas Escrituras puedan resultar molestas.

No obstante, el mismo Maestro usó de una diatriba incisiva, clara y directa contra los que entonces estaban sentados sobre la cátedra de Moisés, intérpretes autorizados de la religión oficial, cuales hoy, se supune, lo están los sacerdotes, con toda la jerarquía y el Papa de turno a la cabeza.

Bien los jurisconsoltos (los escribas) que ocupaban la cátedra de Moisés no tuvieron que estudiar la lengua de los textos sagrados, (hebrea/aramea), por ser esta, su lengua vernácula, la propia, la materna. Indiscutiblemente esa es una gran ventaja que tenían sobre los intérpretes del siglo XXI.

Mt.23:1-2, «Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo: En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos.»

Después, poco más abajo, comienza su invectiva:

Mt.23:13 y ss. «Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.»

Tremendo ejempo que tenemos en el Maestro para en caso dado poder denuciar todo lo denunciable, sin complejos ni temores, a un a riesgo de ser calificado como temerario, payaso o ignorante.

Supongo, además, que cual sea el método exegético que se le aplique al texto, no sea tan laxo como para que el exégeta tenga margen para interpretar que el “látigo” que Jesús se fabricó, cual figura de dicción, concluya diciendo que dicho látigo, en ese contexto y de acuerdo a la subgetividad del intérprete, llegue a decir que aquel azote de cuerdas que se lee en el texto, y de acuerdo a sus intereses, no es tal látigo, sino lo que interesa a la conveniencia del intérprete, so pretexto de que eso pueda resultar chocante a los indoctos, los no iniciados en la Teología de altos vuelos.

Jn.2:14-16 «y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado.»

¡¡A propósito!! ¡¡También era uso común en boca de Jesús CITAR TEXTOS SUELTOS!! Y Ud. dirá, sí, pero dentro de contexto. Bién, pero… ¿cuál contexto? ¿el preexílico de Jeremías 7:11, el de los día de Jesús, o nuestro contexto? Da igual, el subgetivismo da para cualquier contexto.

Lc.19:46 «diciéndoles: ESCRITO ESTÁ: Mi casa es casa de oración; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.»

Cual dato curioso tomado de una concordancia, tenemos que en el NT. aparece:

73 veces la frase: “escrito está” en voca del Señor y los Apóstoles.
31, la frase “como está escrito”
12 veces, “dice la Escritura”

Y todas ellas referente a textos bíblicos SUELTOS que los actores sagrados usaron con toda naturalidad, cosa que según Ud. “debería desterrarse cual “terrible” (perniciosa) practica”. Le quedó lindo, ¿Verdad?

Está claro que “citar un texto fuera de contexto, (lo que este servidor se cuidaría de hacer), sirve para un pretexto” (desconozco al autor de la frase), pero no es justo que se diga, porque sí, y gratuitamente, que el texto que cita el interlocutor está fuera de contexto. Cite Ud. los textos pertinente y no quiera arreglarlo todo desautorizando el uso que el “otro” hace de las Escrituras.

Como además, en boca del Señor Jesús, la Escritura no puede ser contradicha, quebrantada, ni puede fallar, se hace necesario fundamentar en las Sacras Escrituras todo cuanto concierne a la fe y conducta cristiana, eso, sin duda, convencido que se trata del hábito más sabio y bíblico disponible para el cristiano.
Lástima que la nueva generación de teólogos no lo recomienden ni lo establezcan, en vez de andar aboliédolo, retrocediendo así a tiempos de la “Santa” Inquisición.

Además resulta curioso el hecho de que no era habitual en el NT. apelar a la TRADICIÓN, (sí en el caso de los enemigos de Jesús y del Evangelio), y cuando Jesús lo hizo, fue para reprochar a los usuarios que habían pervertido la Palabra de Dios, sustituyéndola por palabras de hombres.

Mt.15:6 «ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición.»

De igual manera se recrimina el ignorar, (pasar por alto) y dejar de aplicar las Escrituras:

Mat 22:29 Entonces respondiendo Jesús, les dijo: ERRÁIS, IGNORANDO LAS ESCRITURAS y el poder de Dios.
Jn.5:39: « ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis. ESCUDRIÑAD LAS ESCRITURAS; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí».




por Abel (81.203.151.---) - lunes , 25-ago-2014, 10:41:04

No agrega Ud. nada a lo que ya dijo antes, fuera de una verbosidad mareante. Sólo pondré algunas notas marginales:
-El supuesto "chiste", que Ud. no entendió, era que pretendía deshacer con citas sueltas un artículo que va en gran parte contra el uso argumental de las citas sueltas...

-La "argumentación católica" que trae, es una opinión teológica que hoy, tras la Dei Verbum, y el desarrollo magisterial posterior, se puede considerar superada. Esta expresión: "Según la doctrina de la Iglesia el autor humano no es sino instrumento — vivo y libre — del Espíritu Santo" no sería hoy algo expresado correctamente, salvo que no se le dé a la palabra "instrumento" el sentido corriente (ese es el argumento de aquellos que defienden aun el uso de la instrumentalidad como modelo de comprensión de la inspiración).

-El hecho de que en época de Jesús (y en boca del propio Jesús) se utilizaran ciertas formas de citar la Escritura no consagra esas formas como necesariamente válidas para nosotros. Así, por ejemplo, san Pablo utiliza la alegoría (muy utilizada también por los Padres) sin que por ello quedemos hoy obligados a utilizar la alegoría como modelo hermenéutico. Jesús, como rabino formado, utilizaba el razonamiento por contigüidad (la técnica hermenéutica llamada "gezera sawa") propio del mundo rabínico, sin que por ello pueda ser un modelo válido para nosotros hoy.
Esa es una de las grandezas de que Jesús se haya encarnado realmente y no sólo en apariencia: que incluso su palabra (que comprende también sus procedimientos hermenéuticos y su modo de recibir la Escritura) está sometida a la historicidad propia de lo humano.

por MANUEL LEÓN FERNÁNDEZ (i) (87.222.159.---) - martes , 26-ago-2014, 11:13:17

Lamento haberle causado el mareo del que se queja, puede que tenga razón, lo admito, y le ruego que por favor me tolere según le alcance su paciencia. Gracias.

LAS CITAS SUELTAS

Ya le dije y le repito, amigo, que usar citas fuera de contexto, creo que puede rayar con la inmoralidad, pero a mi entender, la cita escritural, en su contexto y oportunidad es de lo más sano que los creyentes en Cristo pueden usar, de ahí la impertinencia, (a mi juicio), que alguien escriba “un artículo que va en gran parte contra el uso argumental de las citas sueltas”, dando por hecho que tales citas sueltas no tendrían justificación si se dan sin “ton ni son”, pero en su contexto, no solo que son lícitas, sino deseables.

Ud. mismo hace pivotar el cuerpo de su argumento sobre varias referencias sueltas, unas específicas y otras meras alusiones; es lógico, no va a citar el capítulo o el libro completo. Precisamente se da la cita, para que los interesados puedan consultar el contexto y su pertinencia. En palabras suyas, “sumergirnos en el contexto”.

Cierto que “Dios no dictó un puñado de frases sueltas” cual las que Ud. mismo cita de la Biblia, (Gé.1; 1Ry.18; Lc.6:32 “Pues también los pecadores aman a los que les aman.". Igualmente da citas sueltas de la catequesis de Juan Pablo II; del Vaticano II, Dei Verbum 11, etc.). Claro que las citas, cuáles sean, se sacan a colación porque las creemos adecuadas, y esto, sin hacer violencia al contexto.

Efectivamente, la cita de Alberto Colunga está más que obsoleta en círculos católico/romanos, y así sucederá con sus afirmaciones, y con las de Juan Pablo II, que a la vuelta de pocos años estarán tan vetustas y manidas, como la del Sr. Colunga, el Sr. Bover o el Sr. García Cordero, pues que el Papa Francisco vino “barriendo” con una escoba mayor y más rápido, (veremos qué va a quedar de los viejos Dogmas de la Iglesia Romana).

Muchos consumidores de material informático, siempre están esperando las últimas novedades, a sabiendas de que lo que compren hoy, mañana estará obsoleto.

¿Para qué apuntarme a la última y sapientísima corriente teológica, (la que Ud. postula), si mañana quedará arrumbada y cubierta de un grueso manto de polvo en unión de los contenidos de las obras de los autores citados?

Todo eso me da que pensar que en verdad Dios ha enloquecido la sabiduría del mundo.

«Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?»
«Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.» 1Co 1:19-20, 25

«¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Jehová está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas. Los sabios se avergonzaron, se espantaron y fueron consternados; he aquí que aborrecieron la palabra de Jehová; ¿y qué sabiduría tienen?» Jr.8:8-9

Así de insolente se ha mostrado siempre el ser humano, de ahí que será saludable tomar en consideración las palabras de Pablo:

«Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: Él prende a los sabios en la astucia de ellos. Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.» 1Co.3:18-20

Mientras que las Palabras de Jesús, Verbo humanado, es fiable, es imperecedera:

«El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.» Mt.24:35

Is.40:8 «Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.» Cf. Sal.119:89.

LA TÉCNICA HERMENÉUTICA “gezera sawa”

Todo lo que Ud. dice del Rabí, Jesús, y de su método de enseñar, debe ser cierto, (me reservo mi opinión), pero lo que se desprende del contexto de los Evangelios, y según el testimonio popular que de Él se daba, es, que el Maestro por antonomasia habló como jamás hombre ha hablado sobre la tierra. Concretamente, el testimonio reiterado fue que su forma de enseñar era nueva, totalmente distinta a la de los escribas.

«Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.» Mar.1:22. (Cf. Mt.7:28-29)

Y sus enemigos: «Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!» Jn.7:46

Más aún, es muy posible que nuestro el Señor se hubiera liberado de los formalismos académicos:

«Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado?» Jn.7:15

«Y llegado el día de reposo, comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, se admiraban, y decían: ¿De dónde tiene éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es esta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son hechos?» Mr.6:2. (Cf. Mt.13:54)

Y todo esto, desde su infancia: «Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas.» Lc.2:46-47. (Cf., v.40)

Quisiera que me entendiera bien, pero no creo que Jesús, en la ocasión de su entrevista con los doctores en el Templo, y cual niño que era, hubiera aplicado la técnica hermenéutica llamada "gezera sawa". Por supuesto que de adulto, supiera adaptarse al auditorio, como dijera Pablo, (1Co.9:19-22), si bien Él atribuía sus conocimientos y doctrina, al cielo:

«Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado? Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.» Jn.7:16-17.

«Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.» Jn.12:48-49. (Cf. Jn.8:26)

En definitiva, aunque verdadero hombre, quiero creer que Jesús estaba por encima de lo estrictamente académico, por supuesto, esas cosas podrían serle accesorias, pero estoy convencido, y me gusta pensar así, que Jesús iba por libre, y así resultaba que podía tocar un leproso, “quebrantar” el sábado o comer pan con manos comunes.
ALEGORIZACIÓN DE LAS ESCRITURAS

Sr. Abel, me extraña mucho que al pasar a tratar sobre la alegoría como modelo hermenéutico haya tenido que recurrir a una especie de sofisma. Me explico:

Que en la historia, empezando por Filón quien lo alegorizaba todo, y por citar a otro, San Agustín con su fuerte influencia helenística, quien tampoco se quedó corto alegorizando, y la que se opuso la escuela antioquena…

…no significa que Jesús o Pablo interpretaran las Escrituras mediante el método alegórico, y tampoco quita que la alegoría, como tropo (figura de dicción) y parte de la retórica no tenga cabida en las Escrituras. (Cf. Jue.9:8-15)

De hecho en el N. T. alegorías propiamente dichas solo encontramos una en Pablo y que el Apóstol acompaña con su correcta interpretación, (Gá.4:21-31). Sí que abundan las parábolas, los símiles y las metáforas.

Por tanto, que la alegoría aparezca en los textos sagrados significa que los autores estaban incorporando al texto sagrado lo que el Espíritu Santo les guiaba. La regla general es que son los usuarios de las Escrituras y no a sus autores, a quienes toca interpretar los textos, por eso que Ud. me diga que interpretaba las Escrituras alegorizándolas, cuando ni tan siquiera, (creo) propuso una sola alegoría, me deja confuso respecto a su…

La verdad que lamento mi verborrea y mi abundar en lo que al parecer tanto le repele, el supuesto puñado de citas “inconexas”, pero entiendo que mis pasos van más firmes y seguros apoyándome en la Palabra de Dios, que en la de los hombres, con todas sus teologías y filosofías que como las modas dura no más una cierta temporada, mientras que la Palabra es estable, firme y eterna, la que además ilumina mi camino. (Sal.119:105).

por Abel (81.203.151.---) - miércoles , 27-ago-2014, 9:21:46

" dando por hecho que tales citas sueltas no tendrían justificación si se dan sin “ton ni son”, pero en su contexto, no solo que son lícitas, sino deseables."
¿Y alguien dijo lo contrario? Señor mío! metió Ud. la pata, lo mejor sería callarse o decir "no había entendido su argumento", pero no, sigue dando la tabarra, y luego ironiza con que a mí me marean sus artículos al pie, el doble de largo cada uno que el mío... ¡como para no marearse con argumentación tan sinuosa!
"según el testimonio popular que de Él se daba, es, que el Maestro por antonomasia habló como jamás hombre ha hablado sobre la tierra"
¿Y alguien dijo lo contrario? es muy cómico que Ud. se invente cosas que yo ni digo ni sugiero, así puede contradecirme... si es que lo que digo puede contradecirse (como toda argumentación humana), sólo hace falta entenderlo primero.
"La verdad que lamento mi verborrea y mi abundar en lo que al parecer tanto le repele"
Sí, somos dos, también yo lamento su verborrea y su abundar. Pienso que con la cantidad de blogs gratuitos que hay, podría Ud. abrirse uno para escribir sus artículos en lugar de aprovechar el espacio de notas al pie de los demás.
Y no es que me repela de manera especial lo que dice: es que ni toca de cerca el tema del artículo.
Como ya he dicho (pero si puede abundar Ud., también puedo hacerlo yo): si en vez de inventarse y atribuirme una doctrina que no doy, y discutir con ella, leyera Ud. con atención el artículo, hasta quizás podríamos estar de acuerdo y ser amigos, pero así, ni caso.
Ahora sí, dejo de contestar sus largos escritos, porque carece para mí de interés y oportunidad responder de cosas que no he argumentado ni dicho.

por MANUEL LEÓN FERNÁNDEZ (i) (87.222.159.---) - miércoles , 27-ago-2014, 4:33:36

UD. NO DIJO LO CONTRARIO. Tampoco lo confirmó.
Fue su amigo Alex, citando sus palabras, y respondiendo indirectamente a mi escrito que dijo:
“Deberíamos desterrar esa horrible costumbre de citar la Biblia a frases sueltas…”
En lo que vi una referencia clara al conjunto de citas bíblicas que le hice, desautorizándome por completo:
“y sobre todo de atacar a los demás con frases bíblicas SACADAS DE TODO CONTEXTO…” De ahí que decidiera abundar en lo mismo. Quizá debí usar un poco de diplomacia y dirigirme indirectamente a su amigo.

EN LO QUE UD. TOMA COMO IRONÍA, le confieso que quise ser sincero. Lamento que diera pie a su confusión.
Mire, amigo, yo no fui quien sacó a colación LA TÉCNICA HERMENÉUTICA “gezera shawa”, y con independencia de lo que yo piense al respecto, le dije: “Todo lo que Ud. dice del Rabí, Jesús, y de su método de enseñar debe ser cierto”
Es de ahí que se deriva mi argumento, que al parecer no captó, y es que Jesús, desde su niñez era el Maestro, deduciendo que a esa edad Jesús no andaría con su nombrada hermenéutica, y que de adulto, a mi entender, el Señor se desmarcó del estilo de los Escribas, aunque en ocasiones respondiera a las preguntas de sus adversarios con otra pregunta.
Creo que el proceder de Jesús iba por encima de técnicas académicas que a veces tanto empobrecen el espíritu.
Iba además por libre en cuanto a ciertos usos y costumbre, (el sábado, la pureza ceremonial y la oraciones mecánicas y repetitivas, etc.), con lo que quise significar que sin necesidad de atarse a ciertas “técnicas” el Señor habló como ningún hombre jamás habló. Yo no he dicho que Ud. contradiga eso; tampoco fue mi intención hacer una caricatura de lo que Ud. dice para poder desbaratarla a mi antojo. Simplemente Ud. “no dice”, pero yo me regocijo en poder afirmarlo.

“EN LUGAR DE APROVECHAR EL espacio de notas de los demás”
Acudí a Google en busca de un determinado tema, y el servidor me remitió, entre otras, a su Blog, que por cierto me llamó la atención.
Entré convencido de que no estaba allanando “morada” alguna. Al contrario, su atractivo y presentación, como que me invitaba a entrar free entry, como casi todos los portales.
Encontré su artículo y me surgieron ciertas ideas que quise poner por escrito y compartírselas. Nada de aprovecharme, solo pensé que podría surgir un debate más o menos edificante. A mí me está aprovechando. El problema surge cuando una parte no está acostumbrada a que le repliquen.
Por otro lado, Ud. no sabe si este servidor tiene un Blog, varios o ninguno. Por su riqueza de conocimientos, tanto que me gustaría que pudiéramos quedar como amigos.

por Abel (81.203.151.---) - miércoles , 27-ago-2014, 9:00:35

Amigos, pues... :-)

por MANUEL LEÓN FERNÁNDEZ (i) (87.222.159.---) - miércoles , 27-ago-2014, 10:29:43


Lo celebro, no esperaba otra cosa. Gracias.

A veces los malos entendidos no llevan a posicionarnos de forma equivocada. Gracias a Dios se salvaron los escollos.

Una pregunta: ¿Domina Ud. los idiomas del Antiguo y del Nuevo Testamento?

por Abel (81.203.151.---) - miércoles , 27-ago-2014, 11:27:29

Depende de lo que entienda por "dominar un idioma", para mí eso es mucho, y no puedo decir que los "domine", pero sí los leo habitualmente, tanto el hebreo y griego del AT como el griego del NT. Hay algunas traducciones mías de textos de ambos testamentos en este mismo web, y en general en los cursos que doy traduzco los textos yo mismo, cuando es pertinente.
No tengo total fluidez en ninguno de los dos idiomas, pero lo suficiente para mi trabajo exegético.

por Alberto (i) (37.135.79.---) - domingo , 4-jul-2021, 2:27:02

Bueno,pero entonces parece que lo más objetivo ,honesto y humilde sería decir : "Esto es palabra inspirada por Dios , en forma escrita y contextualizada : luz,manjar y camino para todos los hombres en su caso".

Te alabamos Señor...

Yo me quedaría mas tranquilo si se acuñara así.

Porque decir como ahora " Es palabra de Dios" ,es querer decir todo sin decir nada,es quererse dar un empacho de divinidad que al contraste con la realidad muy frecuentemente ni cuadró,ni cuadra ni cuadrará.

por JOSE MARIA GAONA MOROCHO (i) (45.71.187.---) - miércoles , 13-mar-2024, 11:16:59

que bellas enseñanzas, me encantó, quiero darle las gracias a Dios por haberme puesto en el camino, eltestigofil. org soy estudiante de Biblia de seguro me servirá de mucha ayuda. des Ecuador, que El Señor los ilumine, para que nos sigan guiando con sus sabias enseñanzas.

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