No sólo los evangelios sino también la literatura rabínica identifican a Betfagé con una pequeña aldea a poco menos de 3km de Jerusalén, en el camino de Jericó a la capital, al NO de Betania de Judá, quizás al lado mismo de esta, en el Monte de los Olivos, localización que tal vez se pueda identificar con Kafr et-Tur, el que es considerado el monte de la ascensión (Lc 24,50-52), aunque el texto de Lucas sólo habla de un monte "cerca de Betania", sin nombrar la aldea, que sólo es mencionada en los tres sinópticos en relación a la entrada mesiánica (Ramos), precisamente como la aldea a la que Jesús envía a dos de sus discípulos a buscarle el borrico que utilizará en este gesto mesiánico.
Formaba parte (lo mismo que Betania) de lo que puede llamarse el "Gran Jerusalén", es decir, aldeas que no eran parte de la capital, pero en las que los peregrinos podían alojarse en las fiestas de peregrinación si no conseguían sitio en la propia ciudad, sin que eso contituyera un incumplimiento del precepto.
No hay más sobre ella. En la actualidad hay una iglesia franciscana con frescos que evocan el Domingo de Ramos, y desde allí sale la procesión grande que se organiza para ese día en los lugares santos. La iglesia es moderna, construida sobre las ruinas de una medieval, pero en el relato de la peregrina Egeria (siglo IV) ya se menciona la existencia de una iglesia allí, desde donde se comenzaba también la procesión de Ramos (sin embargo la propia Betfagé no se menciona, sino simplemente el Monte de los Olivos).