Caná es mencionada exclusivamente en el evangelio de Juan, y es llamada "de Galilea" para distinguirla de la aldea de Qaná, a 10km al sur de Tiro.
El hecho más importante que se recuerda de Caná de Galilea es el "primer signo" de Jesús, es decir, la conversión del agua en vino en unas bodas (Jn 2,1-11). Pero no es el único, ya que allí vuelve en Jn 4,46 y realiza nuevamente un signo, la curación del hijo del funcionario real (Jn 2,46-54).
Es mencionada también en el mismo evangelio, ya sobre el final, pero sólo para localizar a uno de los discípulos, a Natanael, al que una tradición muy posterior (desde el siglo IX) identificó con Bartolomé, el miembro de los Doce mencionado en las tres listas sinópticas de ese grupo de estrechos seguidores de Jesús (Mt 10,3; Mc 3,18 y Lc 6,14). La verdad es que no hay ninguna base para esa identificación, como no sea pensar que los únicos seguidores de Jesús fueron los Doce (que no es lo que se deduce de los evangelios).
La aldea no es sólo conocida por el relato joánico, sino también por Flavio Josefo, que la menciona en su "Vita" (nº 86) como el lugar donde tuvo su cuartel general antes de marchar a Tiberíades al inicio de la revuelta judía (año 66).
Lamentablemente la localización es discutida, y hay dos hipótesis: unos la identifican con las ruinas de Quirbet Qaná, a 14km al Norte de Nazaret, pero hay otra tradición que la identifica con Kefar Qaná, a unos 4 km al NE de Nazaret. Es el sitio que los Franciscanos de Tierra Santa identifican como Caná, por tanto es el que se muestra turísticamente.
Las dos estaban habitada en el período helenístico y romano, y cuentan con vestigios arqueológicos, aunque la más aceptada en la actualidad por los arqueólogos es la primera, y también es la que parece que es mencionada en informes de peregrinos de época de las cruzadas, especialmente en la «Descriptio Terrae Sanctae» [«Descripción de Tierra Santa»] del dominico y cruzado Burchard de Barby, cerca de Magdeburgo, hacia 1290.