Actual Tell Hum, está situada cerca (3,5km) de la desembocadura del Jordán, al Norte del Lago de Tiberíades, y en una ruta secundaria que empalmaba con la importante "Via Maris" (o "Camino del Mar"), que conectaba Siria con Egipto a través de Palestina. No es mencionada en el AT, pero se conoce su existencia desde el II a.C. Su nombre significa "Aldea de Nahúm", aunque no se ha establecido ninguna relación con el profeta canónico Nahúm.
Antes de la época de Jesús era una pequeña aldea, pero hacia el 4 a.C. se instaló allí un puesto fronterizo entre la etnarquía de Herodes Antipas y el territorio de Filipo, que contaba con aduana y acuartelamiento de tropas, todo lo cual trajo movimiento y crecimiento a la antigua aldea, que pasó a ser una próspera ciudad, de unos 2.000 habitantes, de población mayoritariamente judía, a diferencia de otras ciudades del entorno, más helenizadas. No hay allí restos de teatros, baños o hipódromos.
Sabemos que la ciudad tenía una sinagoga, en la que Jesús enseñó (Mc 1,21-22; Lc 4,31; Jn 6,59), y por San Lucas nos enteramos del detalle de que la financiación para la construcción de esa sinagoga provino de un romano, un centurión piadoso, al que precisamente Jesús le curó el hijo (Lc 7,1-10). Lamentablemente de tal sinagoga no quedan restos; la que se enseña turísticamente en la actualidad es una construida en el siglo IV, sobre suelo de casas privadas anteriores, así que la sinagoga en la que predicó Jesús aun no ha sido encontrada.
Es natural que aun falte mucho por descubrir, ya que las excavaciones comenzaron recién a fines del siglo XIX, de la mano de los franciscanos, que redescubrieron el lugar tras siglos de olvido.
Jesús residió en Cafarnaúm de manera estable (Mt 4,13; cf Mt 9,1), incluso el evangelio de Marcos da a entender que tenía allí vivienda propia: Mc 2,1-12 (el milagro como tal está también en Mt y Lc, pero la mención de que fue en una -¿su?- casa, sólo está en san Marcos).
También en Mc 2,15, en griego, dice que hubo un banquete "en te oikía autou", que literalmente es "en su casa", siendo Jesús el mencionado en estos pasajes, por tanto el antecedente más obvio para ese "su casa"; pero las traducciones, casi invariablemente, corrigen "en casa de Leví", que no es lo que dice san Marcos. En realidad tampoco Mateo ni Lucas dicen que el banquete sea en casa de Leví, pero por cuestión de redacción da más la impresión de que la casa es de Leví, por lo que esta comprensión de las perícopas paralelas ha influido, seguramente, en el modo como se traduce la perícopa de Marcos. Para que se formara esta idea de que Jesús no tenía una casa ayudó seguramente una lectura excesivamente literalista de Mt 8,20 || Lc 9,58.
En esta ciudad Jesús hizo gran cantidad de milagros, al punto de que sus compatriotas de Nazaret se lo reprochan: "todo lo que nos han dicho que ha ocurrido en esa Cafarnaún, hazlo también aquí en tu tierra" (Lc 4,23).
Pero no siempre la relación con Cafarnaúm fue armoniosa, también hay lugar para algunas duras palabras: "Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que se han hecho en ti, aún subsistiría el día de hoy" (Mt 11,3 || Lc 10,15).
En el imaginario común y tradicional acerca de Jesús, Cafarnaúm es "su" ciudad, pero la casa en la que vive es la de Pedro, que es la que la memoria popular conservó, y la arqueología rescató a partir de algunos indicios.
En las excavaciones se han encontrado casas, bajas y rodeando un patio interior, e interconectadas entre sí; a estos conjuntos se los llama "islas"; posiblemente eran casas de los distintos miembros de una misma familia. La marcada como "Isla II", al sur, de 20 m X 20 m, se considera que fue la casa de Pedro, ya que una de las casas que compone la isla fue decorada entre el 50-100 d.C. con monogramas, símbolos, 131 inscripciones, y dos veces el nombre de Pedro, por lo que posiblemente se trate de una iglesia doméstica (domus ecclesiae) del cristianismo primitivo, que conservó el emplazamiento de la casa original. A su vez en el siglo IV se construyó encima una iglesia, la llamada "iglesia octogonal" que tenía como centro esta casa. En el "Itinerario" de Pedro Diácono, se dice (aparentemente tomado de un fragmento perdido del "Itinerario" de la monja Egeria): "En Cafarnaúm, la casa del Príncipe de los Apóstoles ha sido convertida en iglesia: sus paredes están hoy como entonces fueron."
En la imagen: vista del recinto arqueológico de Cafarnaúm, la imagen más visible es la sinagoga del siglo IV, y la construcción redonda techada, la casa de Pedro (fotografía tomada de la página de Custodia de Tierra Santa)