A pesar de que la tradición lo ha convertido en paralítico (deduciéndolo de que no tiene quién lo lleve al agua, v. 7), el relato sólo dice que es enfermo, y la verdad es que cualquiera de las tres categorías de enfermedades invalidantes que se mencionan en el relato le cuadran bien: ciego, cojo o paralítico, para las tres podría necesitar ayuda si desea llegar rápido al agua. Creo que un detalle fundamental del relato, más que la categoría de enfermedad a la que pertenece el enfermo, es el hecho de que Jesús no se está paseando por el templo, donde está la religión oficial, sino en este sitio semipagano, donde viven personajes marginales al judaísmo (Lv 21,18, para la época de Jesús el ideal sacerdotal ya era concebido como ideal judío en general, al menos para algunas corrientes religiosas)